En un sorpresivo giro y pese a un escenario económico adverso, el candidato peronista y ministro de Economía Sergio Massa era el más votado el domingo en las elecciones presidenciales de Argentina, pero sin el respaldo suficiente para evitar un balotaje con su rival más cercano, el ultraderechista Javier Milei.
Según el conteo oficial y con el 94,7% escrutado, Massa, que representa al peronismo moderado y desde hace un año está a cargo de la cartera de Economía, obtenía 36,44% de los votos, mientras que Milei, un economista ultraliberal, lograba 30,11%.
En tanto, Patricia Bullrich, líder de la coalición de centroderecha Juntos por el Cambio, fue la tercera más votada con 23,86% de los votos y tras aceptar la derrota dijo que “no va negociar” sus valores de cara a la segunda vuelta.
Para ganar las elecciones un candidato debe alcanzar al menos el 45% de los votos válidos o 40% y una diferencia de 10 puntos porcentuales sobre el segundo más votado. De lo contrario, las dos fórmulas con más sufragios se enfrentarán en un balotaje el 19 de noviembre. Quien resulte electo asumirá el poder el 10 de diciembre.
Con estos primeros resultados se revirtieron las expectativas de que Milei, quien atrajo a amplios sectores con sus promesas de erradicar la inflación y sus dardos contra la clase política tradicional, resultaría el más votado en estos cruciales comicios que tienen lugar en momentos en que la inflación es de casi 140% anual y la pobreza afecta al 40,1% de la población.
El apoyo obtenido por Massa en la provincia de Buenos Aires, tradicional bastión del peronismo y que contiene a más de un tercio del electorado nacional, fue decisivo para que lidere la elección general. El gobernador peronista de ese distrito, Axel Kicillof, alcanzaba % de los votos y lograba así su reelección.
Massa, de 51 años, pudo sumar votos respecto de las primeras abiertas y obligatorias de agosto pese a que durante su gestión como ministro se aceleró la suba de precios y aumentó la pobreza.
La inflación, la inseguridad y la falta de previsibilidad económica están al tope de las preocupaciones en las encuestas de opinión. Los argentinos también mencionan la corrupción entre sus preocupaciones.
Al ponderar los resultados, Jorge Arias, director de la consultora Polilat, destacó de Massa “su vocación política, su vocación de poder, su capacidad política”.
“Nadie tiene a Massa como el gran economista. Como un político oportunista y audaz se tiró sobre la bomba de la economía en agosto del año pasado. No le fue muy bien, pero sigue intentando caminos que permitan mostrar que la agenda social de este gobierno se sostiene pese todas las dificultades económicas… demuestra que está batallando, aunque no lo resuelve”, dijo Arias a The Associated Press.
El ministro de Economía ha dicho que cancelará la deuda de unos 44.000 millones de dólares que el país tomó en 2018 con el Fondo Monetario Internacional y prometió que logrará orden fiscal y superávit comercial sin renunciar a la inclusión social. También ha persuadido al electorado peronista de que siga apostando por la fuerza que ha implementado un vasto tejido de ayudas sociales para los desfavorecidos.
El peronista ha advertido, además, que las políticas de Milei esconden un recorte de derechos básicos.
Mariel Fornoni, directora de la consultora Management & Fit, apuntó que llama la atención que “con esta situación económica y siendo el primer problema Massa puede haber ganado esta elección”.
Sin embargo, advirtió que “haber señalado durante su campaña cuánto representaría en el presupuesto de la gente la quita de subsidios (al transporte y los servicios públicos) tuvo mucho impacto y evidentemente dio más miedo que cualquier otra cosa”.
Para el analista Lucas Romero, de la consultora Synopsis, Massa tiene enfrente un candidato “sin pericia política, que quizá no tenga la capacidad de entender que la escena le pide que se tiene que moderar, construir acuerdos políticos y seducir a votantes que a lo mejor le van a pedir cambios en su propuesta política”, en referencia a Milei.
Ambos expertos también apuntaron que al ultraderechista le jugaron en contra las polémicas declaraciones de allegados en los últimos días señalando, por ejemplo, que Argentina debía cortar relaciones con el Vaticano.
Milei, de 53 años y quien fue la sorpresa en las elecciones primarias de agosto al ser el más votado, tiene un discurso en contra de la clase política tradicional, a la que tacha de “casta” de privilegiados, y ha sabido empatizar con amplios sectores populares que tienen su poder de compra pulverizado y han sido testigos de constantes escándalos de corrupción protagonizados por funcionarios públicos.
Su propuesta de dolarizar la economía y cerrar el Banco Central para frenar la emisión de pesos y reducir la inflación parecen no haber sido suficiente para mantenerse en el primer lugar de las preferencias.
El economista, que se identifica con los expresidentes ultraderechistas Donald Trump de Estados Unidos y Jair Bolsonaro de Brasil, también plantea la desregulación del mercado legal de armas.
En los comicios también se renuevan 24 bancas del Senado y 130 de diputados nacionales y se eligen varios alcaldes y gobernadores, entre ellos el de la provincia de Buenos Aires, el distrito más importante del país.