BMW ha detenido la producción en dos fábricas alemanas. Mercedes está reduciendo el trabajo en sus plantas de ensamblaje. Volkswagen busca fuentes alternativas de repuestos.
Durante más de un año, la industria automotriz mundial ha enfrentado una escasez desastrosa de microprocesadores y otras piezas vitales que ha obligado a reducir la producción, retrasado entregas y disparado los precios de los automóviles nuevos y usados.
Ahora, la guerra de Rusia contra Ucrania plantea otro obstáculo. El cableado eléctrico fabricado en Ucrania está fuera de alcance. Con una alta demanda, materiales escasos y la guerra causando nuevas interrupciones, se espera que los precios de los vehículos suban aún más hasta bien entrado el próximo año.
El daño de la guerra a la industria automotriz se sintió primero en Europa. Pero es probable que la producción en Estados Unidos también sufra eventualmente si se interrumpen las exportaciones rusas de metales, desde paladio para convertidores catalíticos hasta níquel para baterías de vehículos eléctricos.
“Si solo falta una parte, ya no puedes fabricar un automóvil”, dijo Mark Wakefield, codirector de la unidad automotriz global de la consultora Alix Partners. “Cualquier bache en el camino se convierte en una interrupción de la producción o en un aumento de costos no planificado”.
Los problemas de suministro han acosado a los fabricantes de automóviles desde que estalló la pandemia hace dos años, en ocasiones cerrando fábricas y provocando escasez de vehículos. La sólida recuperación que siguió a la recesión hizo que la demanda de vehículos superara ampliamente la oferta, un desajuste que hizo que los precios de los autos nuevos y usados se dispararan mucho más allá de la fuerte inflación general.
En Estados Unidos, el precio promedio de un vehículo nuevo aumentó 13% el año pasado, a 45.596 dólares, según Edmunds.com. En febrero, el precio promedio de los autos usados se había incrementado 29% a 29.646.
Antes de la guerra, S&P Global pronosticaba que las automotrices de todo el mundo fabricarían 84 millones de unidades este año y 91 millones el próximo. (En comparación, ensamblaron 94 millones en 2018). Ahora pronostica menos de 82 millones en 2022 y 88 millones el próximo año.