Mike Johnson, el presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., acompañó este martes al exmandatario estadounidense Donald Trump (2017-2021) a su entrada al tribunal de Nueva York para una nueva jornada del juicio por el caso de la compra del silencio de la actriz porno Stormy Daniels.
Johnson fue el último de los líderes republicanos, y también el de más alto perfil, que ha desfilado con Trump a la corte de Nueva York en la que se le juzga, para mostrar su lealtad al expresidente, que volverá a ser el candidato del partido a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre.
«Esta es la quinta semana que Trump ha estado en los tribunales por esta farsa de juicio. Están haciendo esto intencionadamente para mantenerlo aquí y alejado de la campaña electoral», aseguró Johnson en declaraciones a la prensa desde la calle, después del ingreso del exmandatario a la corte.
Johnson criticó el proceso, al juez y a los fiscales, algo que el propio Trump tiene prohibido hacer debido a una ‘orden mordaza’ que pesa en su contra, aunque ya ha sido multado dos veces por desacatarla.
Además de Johnson, también estaban hoy en Nueva York acompañando a Trump el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, que suena como posible candidato a vicepresidente de Trump, los congresistas Byron Donalds y Cory Mills, y el excandidato presidencial Vivek Ramaswamy.
En días anteriores, Trump había llegado acompañado de otros senadores, como J.D. Vance, otro de los posibles candidatos a vicepresidente, además de Rick Scott o Tommy Tuberville.
También de los fiscales tanto de Iowa, Brenna Bird, como de Alabama, Steve Marshall.
«Lo que está pasando en este tribunal es una amenaza para la democracia estadounidense», afirmó este lunes Vance, senador de Ohio, también aprovechando para criticar a los implicados en el proceso de los que Trump no tiene permitido hablar.
El desfile de líderes republicanos demuestra el control que Trump ejerce sobre el partido pero también del cálculo que están haciendo sus miembros para acompañarlo en un momento como este, pese a que el juicio de Nueva York es moralmente cuestionable desde el punto de vista conservador, al involucrar pagos a una actriz porno a cambio de su silencio.
Así lo evidenció la excongresista republicana Liz Cheney, una de las pocas que se atrevió a enfrentarse con el expresidente y que después fue derrotada en las urnas por un candidato ‘trumpista’.
«Tengo que admitir que me sorprende que Johnson quiera estar en el ‘club de los engañé a mi esposa con una estrella porno’. Supongo que después de todo no le preocupa enseñar moralidad a nuestros jóvenes», afirmó Cheney.
El exabogado de Trump, Michael Cohen, admitió este martes durante el juicio que el pago de 130.000 dólares a cambio del silencio de la actriz porno Stormy Daniels se hizo «para asegurar que la historia no afectara a las posibilidades del señor Trump de convertirse en presidente de Estados Unidos».
Una narración que refuerza la hipótesis de la Fiscalía, que ha esbozado que el exmandatario falseó registros contables dirigidos a esconder estos supuestos deslices para proteger su campaña electoral de 2016 y que, en último término, habría servido para corromper los comicios de ese año, que acabó ganando.