El ministro de Economía, Pavel Isa Contreras, manifestó que la reforma fiscal ha de tener tres dimensiones y una de ellas es que tiene que ser eficiente, de modo que se generen recursos de manera equitativa, aunque sin sacrificar los niveles de costo y producción.
El conjunto de dimensiones que posee la reforma son los orientados a ingresos, gastos y macroeconomía. En el factor ingresos subrayó la suficiencia en el sentido ingresos necesarios para dotar al Estado de la capacidad de proveer los bienes necesarios y recuperar la inversión pública, de la cual indicó está a un equivalente de menos del 3% del Producto Interno Bruto (PIB).
“Segundo tiene que ser equitativa, tiene que distribuir la carga de la manera más equitativa posible. No se puede cargar a unos sectores en demasía y a otros poco, es un tema debate, es un tema a discutir; tercero: tiene que ser eficiente, generando recursos, siendo equitativo, pero al mismo tiempo sin sacrificar de manera exagerada los niveles de producción- costo, tiene que ser eficaz, tiene que contribuir a la eficacia del sistema tributario, por tanto el componente de reducción del incumplimiento tributario del crecimiento, de la capacidad de gestión tributaria tiene que ser un componente muy importante de la reforma”, sostuvo.
Manifestó además que lo ideal sería que la reforma contribuya en varios sentidos, permitiendo así un crecimiento de la presión tributaria a largo plazo, para que el Estado pueda invertir parte del crecimiento económico en bienes públicos.
“Lo ideal es que la reforma logre crear un resultado de tasas, bases y capacidad de fiscalización y de recaudación, que permita que la presión tributaria crezca a largo plazo, ¿Qué significa eso? Que los ingresos tributarios sin mayor reforma crezca más velozmente de lo que crece la economía y que el Estado pueda naturalmente dar una parte creciente de la economía para invertirla en bienes públicos”, expresó Isa Contreras.
Entre otras cosas, dijo que para garantizar la sostenibilidad fiscal hay que bajar el nivel de deuda, al tiempo de demandar menos financiamiento del déficit y que el estado tenga la capacidad de financiamiento de lo que está obligado a pagar, como es el agua, infraestructura vial, mayor educación, protección medioambiental y seguridad pública.
“Para garantizar la sostenibilidad fiscal, significa bajar el nivel de deuda, demandar menos financiamiento del déficit y también por otro lado dotar al estado con la capacidad de pagar lo que está obligado a financiar, agua, infraestructura vial, educación, más educación técnica por ejemplo, protección del medioambiente y seguridad pública, avanzar en transformaciones significativas en el sector eléctrico con dos objetivos principales, uno, contribuir al uso eficiente de la energía y otro, quizás el más apremiante es el contribuir a la sostenibilidad fiscal efectivamente el subsidio eléctrico explica un tercio del déficit fiscal”, indicó.