Los Atléticos derrotaron este jueves 3-2 a los Rangers de Texas en su último partido en el Coliseum, marcando el punto final a su estadía en Oakland, que dio inicio en 1968, en una historia con grandes éxitos y que termina en fracaso.
El partido de este jueves fue la despedida de los Atléticos de su fanaticada en Oakland, antes de viajar a Seattle, donde se enfrentarán a los Marineros para terminar su temporada e iniciar su camino a Sacramento, donde jugarán a partir de la próxima campaña y hasta 2028, cuando se espera que Las Vegas los reciba como nuevo hogar.
Con todo y el romanticismo de las palabras de Fisher, el negocio ha sido el factor primordial en este proceso, en el cual no se pudo concertar una nueva ubicación para un estadio sede para los Atléticos.
«Propusimos y buscamos cinco ubicaciones diferentes en la zona de la bahía. Y a pesar de los esfuerzos mutuos y constantes para cerrar un acuerdo para el proyecto de la terminal Howard, no lo logramos», precisó Fisher al respecto.
Una de esas voces en contra de los movimientos de Fisher, lo fue el exlanzador de los Atléticos Trevor May quien le pidió vender la franquicia a alguien más para mantenerla en Oakland.
«Vende el equipo, amigo. Véndelo, hombre. Dejemos que alguien que realmente se enorgullece de las cosas que posee, sea dueño de algo. Llévate el dinero de mamá y papá a otra parte», expuso May en un audiovisual en octubre del año pasado, antes de que la MLB aprobara la mudanza del equipo a Las Vegas.
En sus últimas temporadas la gerencia del equipo ha evitado otorgar grandes contratos a figuras estelares y ha dejado ir en cambio a jugadores que ha desarrollado y que les han brindado éxito a las franquicias a las que han sido enviados.
La mudanza de los Atléticos no solo impacta una ausencia en el béisbol, sino que golpea con fuerza el deporte profesional en Oakland, de donde también salieron los Warriors de Golden State, de la NBA, y los Raiders, de la NFL.