El propósito de la reforma fiscal que presentará el gobierno es aumentar la recaudación en aproximadamente RD$110 mil millones. Un mal necesario pero impostergable para evitar mayores daños a la economía.
¿Cómo lograr ese monto? De 5 fuentes principales: a) Desmonte gradual o eliminación de exenciones y exoneraciones a sectores, que incluye el ITBIS a algunos bienes exentos, b) Aumento selectivo al consumo a bienes no esenciales, incluyendo juegos de azar. c) Aumento del IPI a 1.5% y elevar exenciones a propiedades hasta 13 millones, (incluyendo amnistía fiscal), d) Aumento de las placas a vehículos de acuerdo con su precio sin afectar vehículos utilitarios, e) Monotributo a los negocios informales.
Otras figuras tributarias podrán incluirse en la reforma, considerando entre ellas un impuesto a las tierras agrícolas no productivas. No deberían ser afectados: educación, salud, transporte, exportaciones, turismo y zonas francas.
Fuentes alternativas de ingreso serían: a) Aumento del peaje a 100 pesos, b) Aumentar multas a los infractores del tránsito, y c) Fortalecer aplicación ley de desechos sólidos y extracción de materiales en cuenca de ríos, entre otras. Está de más decir que un plan agresivo para reducir la evasión fiscal es esencial para lograr la meta de recaudación.
En compensación: a) Reducir a la mitad el anticipo a las microempresas formales y a las nuevas otorgarles exención en los primeros 3 años de operación, b) Bajar el ISR a 25%, c) Reducir hasta cero el impuesto al ahorro, d) aumento de salarios de un 15%, e) Aumento del monto de la tarjeta SUPÉRATE a RD$2,000 mensuales, y f) Eliminar impuestos de baja recaudación.
Para reducir el gasto corriente es recomendable: a) Eliminar y fusionar instituciones públicas y bajar la nómina, b) Elevar gradualmente a 80 dólares el precio del barril de petróleo para aplicar el subsidio a los combustibles, y d) Reducir drásticamente el subsidio al sector eléctrico.
Ahora bien, ¿cuáles serían los sectores prioritarios para invertir ese dinero? Hay 3: a) Reducir el déficit fiscal a 2.5% y la deuda pública, b) Aumentar el presupuesto de salud a 2.4% del PIB, c) El resto, para infraestructura o gasto de capital (agua potable, red vial, alumbrado y arreglos de calles, escuelas, energía y crédito a la agricultura).
Excepto la reducción del déficit, todo lo demás iría, en gran medida, en beneficio de los más pobres y de la clase media baja. También se beneficiarían las microempresas formales y los ahorrantes. Sin embargo, todos recibirán un pinchazo en diferentes proporciones.