La ciudad de Nueva York está reduciendo el enorme sistema de albergues de emergencia que creó para alojar a decenas de miles de inmigrantes, ya que el número de nuevas llegadas ha estado disminuyendo constantemente y el presidente electo Donald Trump ha prometido deportaciones masivas el próximo mes.
En su más reciente medida, el alcalde Eric Adams anunció el martes que un enorme campamento para más de 1,800 migrantes en un remoto y antiguo aeropuerto en Brooklyn será cerrado el 15 de enero, y que quienes se encuentran allí serán reubicados en otros sitios.
El demócrata dijo que el albergue se sumará a otros 25 recintos recientemente cerrados o programados para cerrar, incluyendo otro enorme campamento ubicado en un parque insular en las afueras de Manhattan que el alcalde anunció previamente que sería cerrado en febrero.
Desde las elecciones de noviembre, los inmigrantes y sus defensores han enfocado sus esfuerzos en instar a la administración demócrata a cerrar el albergue de Floyd Bennett Field y reubicar a las familias que viven allí por temor a que se conviertan en el blanco principal del plan de deportación masiva de Trump, dado que el lugar se encuentra en terreno federal.
Mariama Barry, una joven de 26 años de Guinea, lleva un año viviendo en el aeródromo. La madre soltera de dos niños pequeños dijo que ella y otros residentes del albergue temen lo que pueda suceder cuando Trump asuma el cargo.
Barry dijo que regresar a su país en África Occidental simplemente no es una opción porque huyó para escapar de un matrimonio forzado y para impedir que su joven hija fuera sometida a mutilación genital.
“Pensé que íbamos a estar seguros aquí”, dijo Barry, hablando junto a la puerta de seguridad del albergue la semana pasada. “Ahora (Trump) está aquí de nuevo hablando sobre deportación, regresar a la gente a los lugares de donde hemos estado huyendo, así que estamos preocupados, estamos inquietos”.
Los defensores de los inmigrantes aplaudieron la medida anunciada, pero dijeron que van a monitorear de cerca la situación para asegurarse de que los inmigrantes estén protegidos de cualquier posible acción por parte de las autoridades migratorias, de manera que se minimice cualquier interrupción en la escuela, el trabajo, la atención médica y otros servicios críticos.
“Floyd Bennett Field, un recinto semicongregado donde familias con niños viven en carpas en un aeródromo en desuso ubicado en una zona de inundación, a millas de distancia de escuelas y otros servicios, siempre fue el lugar equivocado para albergar a familias vulnerables con niños pequeños”, dijeron en un comunicado conjunto las organizaciones sin fines de lucro Legal Aid Society y Coalition for the Homeless.
El cierre pendiente del aeródromo y otros recintos es el último paso que ha tomado la administración demócrata para reducir la respuesta de la ciudad de Nueva York a la llegada de aproximadamente 250.000 migrantes a la ciudad desde la primavera de 2022.
Al menos otros 11 albergues que contaban con unas 1.800 camas cerraron en noviembre, incluyendo uno en un almacén aislado en el Aeropuerto John F. Kennedy y otro en una residencia universitaria de 19 niveles en el Upper East Side de Manhattan.
El gobierno local también se ha comprometido a cerrar los 10 albergues que opera en cinco condados del norte del estado para fin de mes.
sin detalles
Pero durante semanas Adams se ha negado a proporcionar detalles sobre el futuro de Floyd Bennett Field. Su anuncio del martes tampoco citó ninguna preocupación sobre el gobierno entrante de Trump, que asume el cargo el 20 de enero, cinco días después de que se espera que los últimos inmigrantes dejen el aeródromo, el cual es un lugar de importancia histórica, ya que había sido el primer aeropuerto de la ciudad y más tarde se convirtió en una estación naval.
En cambio, el alcalde atribuyó la decisión, junto con otros cierres recientes de albergues, a las políticas migratorias a veces controvertidas de su gobierno, como imponer límites a cuánto tiempo pueden permanecer los inmigrantes bajo la tutela de las autoridades de la ciudad.
“Gracias a nuestras estrategias inteligentes de administración, hemos revertido el problema, y esta nueva lista de cierres de albergues que estamos anunciando hoy es otra prueba de que estamos manejando esta crisis mejor que cualquier otra ciudad del país”, dijo el martes, agregando que el trabajo continuaría para encontrar más lugares que puedan ser consolidados y clausurados y “ahorrar dinero de los contribuyentes”.
El equipo de transición de Trump no respondió de momento a un correo electrónico enviado para solicitar comentarios el martes. Sin embargo, dijo en un comunicado a The Associated Press la semana pasada que Trump “movilizará todo el poder federal y estatal necesario para instituir la mayor operación de deportación de criminales ilegales, traficantes de drogas y traficantes de personas en la historia de Estados Unidos”.
Nueva York, como otras grandes ciudades de Estados Unidos, ha visto cómo las llegadas de nuevos inmigrantes han disminuido constantemente desde mediados de año.
El sistema de albergues de Nueva York actualmente proporciona alojamiento a aproximadamente 55,000 inmigrantes en unos 200 recintos temporales, en comparación con casi 70,000 inmigrantes en enero, aseguran las autoridades locales.
Más de 500 nuevos inmigrantes ingresaron al sistema durante la semana que terminó el 1 de diciembre, en comparación con 3,450 la semana que terminó el 7 de enero, según datos de las autoridades locales.
Otras ciudades también han reducido el número de albergues a medida que la llegada de nuevos inmigrantes ha disminuido en parte debido a nuevas restricciones de asilo impuestas por el presidente Joe Biden en junio.
Denver cerró su último albergue de alojamiento a corto plazo en octubre después de albergar hasta 5.000 migrantes en 10 instalaciones en enero. Chicago actualmente alberga a unos 2,700 migrantes en otros siete recintos, en comparación con los 15,000 inmigrantes que se encontraban en 28 albergues temporales en diciembre pasado.