La narración deportiva dominicana está de luto tras el fallecimiento de Don Mendy López, una de las voces más emblemáticas en la historia de “La pelota nuestra”.
Con una carrera que dejó una huella imborrable en la crónica beisbolera del país, su estilo apasionado y su inconfundible tono marcaron a generaciones de fanáticos.
“El Único”, como también se le llamaba al artista de la narración, coincidió con grandes del micrófono en el Cibao, como Lilín Díaz, Ramón De Luna, Pappy Pimentel, Ernesto Martínez, Santana Martínez, entre otros.
Desde sus inicios, Mendy tuvo como referentes a dos figuras legendarias de la narración deportiva internacional: el cubano Felo Ramírez y el argentino-norteamericano Buck Canel.
Inspirado en la calidad y el estilo de estos íconos, el orgullo de Pimentel, provincia Duarte, construyó su propio sello distintivo, combinando emoción, precisión y un profundo conocimiento del béisbol. Su capacidad demasiada descriptiva para transmitir la esencia del juego y famosas frases, le permitieron ganarse el respeto de sus colegas y el cariño de la fanaticada.
A lo largo de su carrera, su voz acompañó incontables momentos históricos de las Águilas Cibaeñas, incluyendo 12 campeonatos, convirtiéndose en un símbolo de identidad para el equipo.
Sus frases
Sus frases llenas de ingenio quedaron grabadas en el imaginario popular:
“¡La bola va pasando!”… al momento de narrar un cuadrangular.
“Hola, República Dominicana y el mundo”… al comienzo de cada partido.
“¡Liiindo!”… para un ponche sin tirarle.
“Ni afuera, ni adentro, ni alta, ni bajita. Bola, cantó el arbitro”… para describir un lanzamiento que el público consideraba strike.
“¡Le tiró a una que venía chorreando veneno!”… para un abanico ante un lanzamiento rompiente.
“¡Se le terminó el camino!”… cuando un foul se perdía entre la fanaticada.
Su famosa descripción de una reunión en el montículo: “¡Hay un teteo amarillo, rojo, azul, mamey, marrón o verde!”… según el equipo en juego.
Jugador y narrador
Mendy empezó su camino deportivo como jugador de béisbol en ligas aficionadas y locutor profesional, pero en cuanto vio la oportunidad de conjugar ambas pasiones no dudo en ser narrador deportivo.
Narró por primera vez en HIBI Radio en 1972 al estar en un partido como jugador y notar la ausencia en cabina del narrador y pedir ser sacado del juego, para luego expresar sus intenciones de ocupar esa silla.
“Fui a la caseta de transmisión expresando: quiero narrar y el comentarista me dijo ´¿y tú eres narrador?´, afirmando yo enseguida, soy locutor y soy pelotero y ahí empezó todo”, contó en entrevista a Kevin Cabral en Reservas de la Crónica Deportiva Dominicana del Banco de Reservas.
Casi narra con el Licey
Antes de llegar a las Águilas, equipo de su simpatía y con el que acumuló lauros, en 1975 estuvo cerquita de firmar con Tigres del Licey.
Lo había procurado don Monchin Pichardo, el histórico presidente de los azules, quien le encargó visitar al publicista Nandy Rivas.
El día que llegó donde el publicista le pidieron una grabación de muestra, que él no tenía y ahí se le cerró esa puerta.
Última narración
“Recuerden fanáticos aguiluchos, recuérdenlo, nunca lo pueden olvidar, no solo que las Águilas son las Águilas, sino que siempre hay un octubre. Buenas noches…” De esta manera se despidió de su fanaticada el narrador histórico de las Águilas durante su última participación como narrador el pasado 17 de enero.
Con estas palabras, López les dijo adiós a los aguiluchos, sin saber que no volvería a narrar los juegos del equipo amarillo, que durante más de 40 años describió con sus emblemáticas frases que ya son de dominio popular.
Con 84 años de edad, el locutor deportivo falleció este lunes en la Clínica Unión Médica del Norte en Santiago, luego de haber sufrido un accidente cerebrovascular (ACV) el jueves en la tarde.