El sospechoso detenido hace una semana tras la muerte del diputado conservador británico David Amess, apuñalado durante un encuentro con electores, fue acusado el jueves de asesinato y de preparar actos terroristas, con motivaciones «tanto religiosas como ideológicas» según la fiscalía.
Ali Harbi Ali, un británico de 25 años de origen somalí, compareció el jueves ante un juez de Londres que dictó prisión preventiva.
La policía precisó que no busca a nadie más en relación con este ataque.
«Defenderemos ante el tribunal que este asesinato tiene una conexión terrorista, es decir, que tuvo motivaciones tanto religiosas como ideológicas», anunció Nick Price, jefe de la división antiterrorista de la fiscalía.
Ali «también fue acusado de preparación de actos terroristas tras revisar las pruebas reunidas por la Policía Metropolitana en su investigación», agregó.
Scotland Yard había mencionado previamente «una motivación potencialmente vinculada al extremismo islámico».
Amess, diputado conservador de 69 años, férreo de defensor del Brexit y ferviente católico con cinco hijos, fue apuñalado múltiples veces el viernes mientras se reunía con sus electores en una iglesia metodista de Leigh-on-Sea, unos 60 kilómetros al este de Londres.
El joven, que según los medios británicos había seguido un programa contra la radicalización, fue detenido en el lugar de los hechos donde se sentó a esperar la llegada de los agentes.
Hijo de un exconsejero del primer ministro somalí y sobrino del embajador de Somalia en China, Ali Harbi Ali «se había completamente radicalizado en internet», aseguró uno de sus amigos al diario británico The Sun.
Calmar el exacerbado discurso político
El asesinato de Amess conmocionó al Reino Unido, aún marcado por la muerte en plena calle de la diputada laborista proeuropea Jo Cox, de 41 años, en junio de 2016 a manos de un simpatizante neonazi a una semana del referéndum sobre el Brexit.
Suscitó llamados a reforzar la seguridad de los parlamentarios por un lado y preocupación por el otro ante el riesgo de que un incremento de la protección signifique restricciones en la tradición de los diputados británicos de reunirse semanalemente con sus electores en sus respectivas circunscripciones.
La ministra del Interior, Priti Patel, informó el miércoles a los legisladores de que los responsables de inteligencia incrementaron en un escalón en nivel de amenaza a los políticos, precisando sin embargo que no existe «ninguna amenaza específica».
De regreso de un receso, un parlamento británico conmocionado dedicó su primera sesión el lunes a rendir homenaje a Amess.
«Cuando murió estaba haciendo lo que creía firmemente que era la parte más importante del trabajo de cualquier diputado: ofrecer ayuda a los necesitados», afirmó el primer ministro Boris Johnson.
Elegido por primera vez en 1983, Amess era «firme en sus convicciones, pero siempre respetuoso con los que pensaban diferente (…) apreciaremos su memoria, celebraremos su legado y nunca permitiremos que aquellos que cometen actos de maldad triunfen sobre la democracia», agregó.
Describiéndolo como un «hombre de paz», la famlia de la víctima llamó a «dejar de lado el odio y trabajar por la unidad». «Cualquiera que sea su raza, sus creencias religiosas o políticas, sean tolerantes y traten de comprender», agregó.
En este contexto, se multiplicaron los llamados a calmar un discurso político exacerbado desde el Brexit. Y la policía pidió el jueves «que todo el mundo actúe con moderación a la hora de comentar» el caso «ahora que se ha presentado una acusación.