Un año después del asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, acribillado el 7 de julio de 2021 en su residencia privada por un comando que incluía, según la Policía Nacional, a colombianos y haitianos, el caos en el país es mayor, según coinciden analistas consultados por Efe.
Si la investigación del magnicidio está estancada desde hace meses, la situación sociopolítica y económica del país no parece mejorar desde entonces, mientras que las elecciones se siguen postergando en este deprimido país, el más ponte de América.
Una situación de inseguridad marcada por la multiplicación de los secuestros de haitianos y extranjeros en el país y el corte en dos del país a causa de la batalla entre grupos armados que luchan por el territorio, es el escenario que viven los haitianos.
Hasta ahora, el primer ministro, Ariel Henry, no ha podido dialogar con los demás actores clave de la crisis haitiana.
SITUACIÓN CRÍTICA A NIVEL POLÍTICO
Según Jean Hénold Buteau, profesor de la Universidad Estatal de Haití y portavoz del partido Alternative Socialiste, la situación es «extremadamente grave», al tiempo que denuncia el carácter «retrógrado» de las acciones de la comunidad internacional que, a su juicio, colocaron a Ariel Henry en el poder.
En el país, dijo, los hombres en el poder han instalado una «especie de estrategia del caos». «Los sectores vinculados al poder internacional han tenido el control del Estado para tratar de asegurar la continuidad del mismo», dijo a EFE.
Según él, el país no tendrá seguridad ni mejora de los servicios públicos mientras no haya cambio de poder.
«Creemos que un levantamiento o una manifestación de ira popular es suficiente para poner orden en el desorden», dijo Hénold Buteau.
SITUACIÓN ECONÓMICA INSOSTENIBLE
El presidente Jovenel Moïse dejó atrás una economía moribunda si se considera el período anterior a su muerte. En junio de 2021, Haití tuvo una inflación del 12,5 %. En la actualidad, la inflación se ha duplicado con creces hasta alcanzar el 27,5 %.
«Hoy, la situación es peor que cuando gobernaba Moïse. Un año después, la economía ha pasado prácticamente de una situación de decadencia a una situación de catástrofe», comentó la economista Enomy Germain, quien asegura que la vida se está encareciendo cada día más.
En junio de 2021, el tipo de cambio era de 91 gourdes por un dólar estadounidense. Actualmente, para adquirir un dólar hay que pagar 115 gourdes en el mercado oficial. «En términos de tipos de cambio, la situación se ha deteriorado», dijo Germain a Efe.
Recordó que antes de la muerte del presidente, el país experimentaba un crecimiento negativo y que todos los sectores de la economía estaban en declive. Una situación que continúa al día de hoy.
«Jovenel Moïse ya no está, pero los problemas no se fueron con él, los problemas se quedaron e, incluso, se han agravado», expuso, al recordar la dificultad de las finanzas públicas para movilizar recursos para el funcionamiento del país.
«Esta es una economía que ha estado estructuralmente desarticulada durante algún tiempo», dijo. «Las bandas están bloqueando la economía del país más que antes. El tema de la inseguridad económica que estamos viviendo es un ‘shock’ económico».
HAITÍ ROZA EL DESASTRE HUMANITARIO
El tema de la inseguridad sume al país en una situación social de desesperación. Antes de la muerte de Jovenel Moïse, 4,3 millones de haitianos sufrían inseguridad alimentaria. Actualmente, según los datos, son 4,5 millones.
Los haitianos siguen abandonando el país por miles, mientras los secuestros siguen empobreciendo a las familias.
«La situación es intolerable. No puede seguir así. Para que esto no continúe, son los haitianos los que deben marcar las pautas y construir las soluciones. Michel Martelly y Jovenel Moïse han colapsado el país, Ariel Henry está haciendo lo mismo, afirmó Hénold Buteau.
El Gobierno de Henry «es un Gobierno dormido. Es un Gobierno que no tiene absolutamente ninguna misión ni objetivo. Un Gobierno sin objetivos y sin acciones concretas», consideró Enomy Germain.
«Estamos al borde de una catástrofe humanitaria en el país. Si solo tenemos en cuenta el coste de la vida, ya es suficiente para decir que vamos directamente a una gran crisis humanitaria en Haití si no se hace absolutamente nada», dijo Germain, expresando su pesimismo «porque tenemos un Gobierno de inacción».