La situación política dominicana se ha tornado interesante, con tres partidos mayoritarios, cuya cantidad de adeptos, en su momento, será cuantificada mediante encuestas, que también determinarán cuál es el posicionamiento de cada uno.
Escuchando al pueblo y a los analistas políticos, puedo analizar que el PRM tiene una situación interna difícil provocada por la demanda de empleos. Abinader ha manejado la crisis de acuerdo a lo que sus asesores y organismos internacionales le van aconsejando, luego de recabar informaciones por diferentes medios.
Prueba de ello fue la tasa cero a las importaciones de alimentos y otros artículos, un proyecto impulsado por varios países como solución a las alzas de precios. Pero como todos los países no son iguales, las recetas no son las mismas para todas las naciones. Lo que quiero decir es que si el Presidente va a gobernar esperando recomendaciones de organismos regionales, vamos por mal camino.
El PLD está en una situación peor, dirigido por un hombre cuyas mejores estrategias y dotes de dirigente declinaron. Sus últimas decisiones políticas en la práctica han fracasado, independientemente de que dirigió un gobierno que cometió errores garrafales que lo separaron de su base de sustentación. Además, dividió el partido innecesariamente, y aunque ahora los peledeístas estén buscando a un culpable, en un momento ese mismo hombre asumió la culpa, cuando dijo: “Con los que están aquí, yo gano”.
Puso a varios precandidatos a perder su tiempo, y cuando llegó la hora de la verdad escogió a Gonzalo Castillo, contra vientos y marea. Por éstas y otras razones para el 2024 el PLD no tiene posibilidades.
El hecho de que la Fuerza del Pueblo (FP) sea un partido nuevo, es una ventaja porque le agrada a los jóvenes, quienes se inclinan por acercarse a esta nueva estructura, pero también es una desventaja pues se requiere una labor titánica para acercarse a la gente, darse a conocer y demostrar que tiene dirigentes con nuevas labores partidarias.
Le favorece el hecho de que tiene a un líder conocido ampliamente, incluso internacionalmente.
Ante este panorama les puedo decir que la sumatoria de las fuerzas de los dos partidos mayoritarios (FP y PLD) constituye la mayoría de la oposición política, el primero rondando entre un 35 y un 40%, y el segundo entre un 15 y un 17%. Juntos sacarían al PRM del poder en una segunda vuelta, y Abinader sólo duraría 4 años.
Pero faltan 2 años y lloverá mucho de aquí al 2024.
La mayoría de dominicanos vota con el estómago, lo cual suena feo pero es la realidad, y los precios están azotando, nadie resiste la factura eléctrica con aumento cada 3 meses de un 30%, los combustibles aumentan semanalmente aunque el Gobierno esté haciendo un agujero financiero en la economía y los préstamos son irracionales e insostenibles.
Actualmente un 47% de los ingresos está destinado al pago de la deuda externa, porque este gobierno ha aumentado los préstamos. La corrupción de los funcionarios no ha podido ser parada y han sido aumentadas las nóminas públicas y a los productores agrícolas la tasa cero los desplomó.
Esto nos deja un cuadro dantesco, cuya mayor muestra es que el Presidente está inaugurando mercados y camiones de INESPRE, lo cual constituye un retroceso.
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