Hay conmoción en el mundo del ajedrez a raíz de denuncias de trampa lanzadas por el actual campeón mundial del juego.
Magnus Carlsen, ampliamente considerado uno de los mejores ajedrecistas de toda la historia, publicó un mensaje en Twitter diciendo que creía que su rival estadounidense Hans Niemann “ha hecho trampa más veces, y en tiempos más recientes, de lo que él ha admitido en público”.
Carlsen perdió ante Niemann, de 19 años, hace dos semanas en la Copa Sinquefield en San Luis, tras la cual Carlsen se retiró del torneo.
Luego, la semana pasada, y después de hacer una sola movida, el noruego abandonó una partida que realizaba online contra Niemann en la Copa Julius Baer.
“Su progreso en el tablero ha sido inusual”, escribió Carlsen en referencia a Niemann, “y durante nuestra partida en la Copa Sinquefield tuve la impresión de que él no estaba tenso y ni siquiera estaba concentrado en situaciones críticas, superándome con las piezas negras de una manera que, creo, solo muy pocos pueden lograr. Este juego contribuyó a que yo cambie mi perspectiva”.
Carlsen no ofreció prueba alguna de que Niemann hizo trampa.
“Hay otras cosas que me gustaría decir”, escribió Carlsen. “Desafortunadamente, en este momento estoy limitado en lo que puedo decir sin tener permiso explícito de Niemann”.
Añadió que “no estoy dispuesto a jugar al ajedrez más con Niemann”.
Niemann ha admitido que hizo trampa cuando tenía 12 y 16 años, en juegos por internet, pero ha negado jamás haber hecho trampa en juegos de tablero real.
“Tenemos que hacer algo sobre las trampas”, dijo Carlsen, “y de mi parte en adelante, no quiero jugar con personas que han hecho trampa repetidamente en el pasado, porque no sé qué están dispuestas a hacer en el futuro”.
En un comunicado publicado el viernes — tres días antes de las acusaciones de Carlsen — el presidente de la Federación Internacional de Ajedrez, Arkady Dvorkovich, dijo que el organismo comparte “las profundas inquietudes sobre el daño que las trampas le hacen al ajedrez” y está dispuesto a investigar casos “cuando se presenten pruebas iniciales”.
Sin embargo, en cuanto a la decisión de Carlsen de abandonar la sala en medio de una partida, Dvorkovich añadió: “Creemos firmemente que el campeón mundial tiene una responsabilidad moral inherente a su estatus, ya que es considerado embajador mundial del juego. Sus acciones repercuten en la reputación de sus colegas y de los resultados y eventualmente pueden resultar nocivas para el juego. Creemos firmemente que había mejores maneras de enfrentar esta situación”.
Niemann de momento no ha respondido a las acusaciones.