Santo Domingo, RD
Existen formas de abuso infantil que pueden pasar inadvertidas o ser aceptadas como parte de la disciplina impuesta por los padres a sus hijos, sin embargo, no dejan de ser una privación de los derechos del niño, advierte la encargada de Psicopedagogía de la Asociación Dominicana de Rehabilitación (ADR), Paola Johanna Cuesta Ovando.
“Desde llevar a un niño sin desayunar a la escuela u olvidarse, poner clases de forma exagerada o largas jornadas sin permitirle al niño descanso, son formas de abuso indirecto, porque le quitan tiempo para vivir su infancia”, afirma la psicóloga y educadora especial.
Otros tipos de abuso sutil, de acuerdo con Cuesta Ovando, son sugestionar al niño a nivel psicológico para que realice actividades y así pueda recibir recompensas. Un ejemplo de ello, expresa, son los padres que dicen “si no haces esto, no te daré esto o aquello…” o “tienes que hacer esto porque, si no, no vamos a salir a la playa o jugar…”.
La profesional recomienda a los padres usar siempre un lenguaje positivo y saber “negociar” desde una postura conciliadora y que no genere ansiedad o presión.
Además del abuso emocional, físico o sexual, se puede descuidar la pulcritud y el aseo, según indica la encargada de Psicopedagogía de la ADR. “Aunque no lo parezca, el descuido es una forma de abuso que genera otras formas de abuso, ya que un niño mal presentado, sin correcto aseo y pulcritud, tarde o temprano será rechazado en los círculos donde se desenvuelve por otros niños, generándole incomodidad y malestar”.
EDUCAR DESDE EL AMOR
El 67 por ciento de los hogares dominicanos utiliza el castigo físico o psicológico para disciplinar a sus hijos e hijas, según la encuesta Enhogar 2009.
En ese sentido, Cuesta Ovando afirma que en República Dominicana “hay más incidencia de abuso físico y verbal”, y puntualiza que “es aceptable en la cultura dominicana que los padres le hablan mal a sus hijos, usen el castigo físico como forma para disciplinar y se refieran a ellos con (calificativos negativos) para llamarles la atención o hasta para ‘reforzar’ a que mejoren sus comportamientos”.
Cuesta Ovando afirma que los niños víctimas de estas formas de abuso llegan a la edad adulta sintiendo culpa y baja estima. El maltrato les afecta de manera inconsciente de tal modo que la violencia se transmite de una generación a otra.
La especialista de Psicopedagogía de la Asociación Dominicana de Rehabilitación insta a “educar desde el amor cuando se corrigen, a la hora de ensenarles o referirse a ellos”.