Doris Pantaleón
Enfoque
En su reciente informe con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, celebrado el pasado 10 de octubre, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) establecía que uno de cada siete jóvenes de 10 a 19 años experimenta una condición de salud mental y que la mitad de todas las enfermedades de este tipo comienzan a los 14 años.
En República Dominicana, vemos como cada semana salen a la luz historias que evidencian el ambiente inseguro en que se están desarrollando los niños, siendo víctimas de violencia física y emocional, maltratos y violaciones en los propios entornos familiares y escolares, lo que indiscutiblemente afecta su salud emocional.
Una de las características que muestran los niños y adolescentes que están viviendo condiciones de maltratos o que están siendo criados en hogares donde prima la violencia intrafamiliar, es que cambian su comportamiento y se les observa retraídos y tristes.
La doctora Dhamelisse Then, directora del hospital Pediátrico Hugo Mendoza, reveló recientemente que el centro recibe a diario de dos a tres casos de maltrato a niños, que proceden de sus padres, familiares o cuidadores y que van desde abandono, descuido en la higiene, hasta maltrato físico, emocional y sexual.
Ella identifica como señales que alertan de que algo le está pasando a ese menor, varias condiciones, entre ellas: cambio en el comportamiento y calificaciones; retraimiento; no permite que se le acerquen o lo toquen, y que son niños que se ven tristes y algunos tienen un comportamiento agresivo.
La aseveración de niños tristes impacta, porque se supone que la niñez es la etapa donde se debe vivir con mayor alegría, despreocupación, tranquilidad y estabilidad emocional, en fin, con mayor felicidad.
La OPS en su dosier del Día Mundial de la Salud Mental también expresa preocupación por la problemática y enfatiza que la calidad del entorno en el que crecen los niños, niñas y adolescentes juega un papel clave en su salud mental, bienestar y desarrollo en general.
Esto lo traigo a colación porque me preocupa lo que está pasando en el país con la salud mental de la población en general, pero sobre todo con la de los niños, porque si en la niñez no son felices, entonces, la pregunta sería, ¿cuándo lo serán?
A esto hay que sumarle la escasa respuesta que ofrece el sistema sanitario dominicano a las necesidades de prevención y atención de las condiciones de salud mental, a una población adulta creciente, cuya demanda ha estado generando preocupación y llamando la atención de diferentes sectores de la vida nacional, con discusiones expuestas a través de foros de expertos.
De acuerdo con el informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) sobre el Estado de la Situación de los Derechos de la Infancia y la Adolescencia en República Dominicana: El 76 % de las adolescentes de 15 a 17 años ha sido víctima de algún tipo de violencia; el 52.2 % reporta haber sufrido violencia sexual, y en los espacios escolares, el 45.5 % ha experimentado agresiones físicas o psicológicas.
Sabemos que los niños y sobre todo adolescentes no son muy dados a hablar cuando están viviendo situaciones que les afectan, pero tal como lo dicen los expertos, dan señales, a las que como familia, sociedad y Estado debemos prestar atención y solución.
Vamos a observarlos y escucharlos más. Mejoremos la calidad del entorno para la felicidad y el bienestar de nuestra niñez, y garantizar así adultos emocionalmente más estables.
En su reciente informe con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, celebrado el pasado 10 de octubre, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) establecía que uno de cada siete jóvenes de 10 a 19 años experimenta una condición de salud mental y que la mitad de todas las enfermedades de este tipo comienzan a los 14 años.
En República Dominicana, vemos como cada semana salen a la luz historias que evidencian el ambiente inseguro en que se están desarrollando los niños, siendo víctimas de violencia física y emocional, maltratos y violaciones en los propios entornos familiares y escolares, lo que indiscutiblemente afecta su salud emocional.
Una de las características que muestran los niños y adolescentes que están viviendo condiciones de maltratos o que están siendo criados en hogares donde prima la violencia intrafamiliar, es que cambian su comportamiento y se les observa retraídos y tristes.
La doctora Dhamelisse Then, directora del hospital Pediátrico Hugo Mendoza, reveló recientemente que el centro recibe a diario de dos a tres casos de maltrato a niños, que proceden de sus padres, familiares o cuidadores y que van desde abandono, descuido en la higiene, hasta maltrato físico, emocional y sexual.
Ella identifica como señales que alertan de que algo le está pasando a ese menor, varias condiciones, entre ellas: cambio en el comportamiento y calificaciones; retraimiento; no permite que se le acerquen o lo toquen, y que son niños que se ven tristes y algunos tienen un comportamiento agresivo.
La aseveración de niños tristes impacta, porque se supone que la niñez es la etapa donde se debe vivir con mayor alegría, despreocupación, tranquilidad y estabilidad emocional, en fin, con mayor felicidad.
La OPS en su dosier del Día Mundial de la Salud Mental también expresa preocupación por la problemática y enfatiza que la calidad del entorno en el que crecen los niños, niñas y adolescentes juega un papel clave en su salud mental, bienestar y desarrollo en general.
Esto lo traigo a colación porque me preocupa lo que está pasando en el país con la salud mental de la población en general, pero sobre todo con la de los niños, porque si en la niñez no son felices, entonces, la pregunta sería, ¿cuándo lo serán?
A esto hay que sumarle la escasa respuesta que ofrece el sistema sanitario dominicano a las necesidades de prevención y atención de las condiciones de salud mental, a una población adulta creciente, cuya demanda ha estado generando preocupación y llamando la atención de diferentes sectores de la vida nacional, con discusiones expuestas a través de foros de expertos.
De acuerdo con el informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) sobre el Estado de la Situación de los Derechos de la Infancia y la Adolescencia en República Dominicana: El 76 % de las adolescentes de 15 a 17 años ha sido víctima de algún tipo de violencia; el 52.2 % reporta haber sufrido violencia sexual, y en los espacios escolares, el 45.5 % ha experimentado agresiones físicas o psicológicas.
Sabemos que los niños y sobre todo adolescentes no son muy dados a hablar cuando están viviendo situaciones que les afectan, pero tal como lo dicen los expertos, dan señales, a las que como familia, sociedad y Estado debemos prestar atención y solución.
Vamos a observarlos y escucharlos más. Mejoremos la calidad del entorno para la felicidad y el bienestar de nuestra niñez, y garantizar así adultos emocionalmente más estables.
Doris Pantaleón
Enfoque