Aquí hay sectores que van desde políticos, comerciantes y comunicadores, llegando incluso a periodistas, que entienden que están por encima de las leyes y pueden hacer lo que le viene en ganas.
Las fiestas todas se han convertido en motivo de violación a las leyes e irrespeto a los derechos de los demás. “Estoy en mi casa”, el vecino está al parecer en la ajena. «El que no le guste la música alta que se mude», entre otras atrevidas aseveraciones acompañadas de una pistola, un cuchillo o un machete.
Los comerciantes medianos, colmados y colmadones en nombre del derecho a vender y gozar de los clientes quieren pasar por encima de todo lo prohibido o establecido sin tomar en consideración que no todos estamos obligados a celebrar ni soportar borrachos y sus impertinencias.
El gobierno por medio de la Ministra Faride Raful de Interior y Policía ha dicho claramente lo que está permitido, igual que en y todas las naciones civilizadas y lo que no, y todos tenemos la obligación de respetar lo establecido.
Las Navidades son una fiesta de familia, de amor, de recordar el nacimiento del más grande y digno de admiración y gloria, Jesucristo el hijo de Dios. Disfrutemos con la moderación y respeto necesario y que nada nos entristezca para volver a reencontrarnos en enero, vivos y felices.