La pandemia del Covid ha despertado de nuevo. Y ahora encuentra otros aliados para poner en jaque la salud y la vida de los ciudadanos.
Al incremento inesperado de casos de contagios por coronavirus, en sus distintas subvariantes, se agregan los de la influenza, el sincitial respiratorio y el dengue.
El ciudadano que no quiera quedar atrapado en esta nueva ola, que presagia un ritmo ascendente para las navidades, solo tiene una opción: cuidarse por sus propios medios.
O hacerse el valiente y desafiarla.
Las medidas de prevención son harto conocidas: uso de mascarillas, distanciamiento físico e higiene sistemática y, en los casos necesarios, aplicarse la vacuna de la inmunidad.
Esta vez, a diferencia de los dos primeros años de la pandemia, la ciudadanía está expuesta a los ataques de otros virus que afectan la respiración y por cuya causa ya hay muchas personas, sobre todo menores, hospitalizadas.
Lo que gravita sobre este y otros países es una “tormenta perfecta” de virus peligrosos, según la definición del experto epidemiólogo dominicano Marcos Espinal, de la Organización Panamericana de la Salud.
El peligro está en el ambiente.
Si no es el Covid, es la influenza, el sincitial respiratorio o el dengue. Atacan sin piedad y sin discriminación y sus complicaciones, ahora, son más graves.
Ya mucha gente está aceptando que esta ola nos viene encima.
Por algo se están haciendo largas las colas para las pruebas diagnósticas PCR, generalmente entre aquellos que han sentido los síntomas preliminares.
Así que, bien advertidos, no hay excusas para descuidarse.