En la pieza acusatoria contra la red corrupta se afirma que el general Boanerges Reyes Batista pasó, por influencia de Cáceres Silvestre, a ocupar la comandancia del Primer Regimiento de la Guardia Presidencial, un puesto que ocupó hasta el 16 de agosto de 2020.
Durante ese período, Reyes Batista, según la solicitud de medida de coerción, adquirió terrenos y construyó una mansión en el residencial Colinas del Oeste, “utilizando el mismo modus operandi de Torres Robiou, Adán Cáceres y Franklin Antonio Mata Flores”.
Según documentos, durante un allanamiento a la pastora Rossy Guzmán Sánchez fue ocupado un folder con un contrato de compraventa de inmuebles entre esta y Boanerges Reyes Batista, por un monto de RD$24,460,472, en fecha 4 de diciembre de 2020.
A través de este documento, el general Reyes Batista buscaba, supuestamente, simular el traspaso del inmueble con una compra a la empresa Único Real State e Inversiones SRL, propiedad de la pastora y su hijo Tanner Antonio Flete Guzmán”.
Sin embargo, según tasación realizada el 26 de abril de año 2021, por un agrimensor, ese inmueble posee un valor general de 981,126 dólares, que a la tasa actual asciende a RD$56,611,000.00 pesos.
Viola recibió RD$737 millones en seis años
Conforme a los fiscales, el general de los Santos Viola aumentó su patrimonio de manera exorbitante en 2020, cuando “realizó sus mayores compras de nuevos inmuebles”, al declarar, en su declaración jurada de bienes, 23 propiedades inmobiliarias valoradas en 65.7 millones de pesos.
Sostiene que “al realizar una comparación de los ingresos percibidos y la cantidad de bienes adquiridos, así como el estilo de vida del imputado y la comunidad de bienes de este, no se evidencia una correlación entre los mismos”.
El alto rango militar, señalado en el entramado de corrupción del caso Coral 5G”, se desempeñaba, hasta su arresto el pasado miércoles, como encargado de la seguridad del expresidente Danilo Medina.
Conforme a la instancia, De los Santos Viola recibía, a través de cheques, desde el año 2014, fondos millonarios que ayudaron a su enriquecimiento ilícito.
Torres Robiou compró, siempre conforme a la acusación del Ministerio Públivo, un lujoso apartamento en Samaná valorado en medio millón de dólares, pero supuestamente lo hizo por medio de una empresa de la pastora para evitar levantar sospechas.
De acuerdo al expediente el también ex Cestur, Torres Robiou, distraía fondos de esa entidad para costearse ropa de marca, pagar tarjetas de crédito e, incluso, la matrícula de sus hijos, entre otros, según el Ministerio Público.
Empleados del departamento financiero del Cestur debían realizar pagos fijos de índole personal que correspondía al entonces director de la institución.
El mantenimiento de un apartamento en el Regatta Residence y la hipoteca de este; depósitos fijos en un banco nacional bajo el concepto de “Arroyo Naranjo” refiriéndose a varias propiedades que posee el imputado en Jarabacoa.