El chavismo gobernante ganó el domingo pasado la alcaldía de Caracas y 20 de las 23 gobernaciones en las elecciones regionales de Venezuela, en un proceso en el que la oposición volvió a participar después de años de boicot y llamados a la abstención.
El presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Pedro Calzadilla, fijó además la participación en 41.8% en el primer reporte oficial, con 8.1 millones de votantes de 21 millones que estaban llamados a acudir a las urnas.
El Partido Socialista de Venezuela (PSUV) se llevó la alcaldía de la capital de este país de 30 millones de habitantes, Caracas, y las gobernaciones de Amazonas, Anzoátegui, Apure, Aragua, Barinas, Bolívar, Carabobo, Delta Amacuro, Falcón, Guárico, Lara, La Guaira, Mérida, Miranda, Monagas, Portuguesa, Sucre, Táchira, Trujillo y Yaracuy.
Debilitada y fragmentada en la vuelta de sus principales partidos políticos a las urnas, la oposición solo pudo ganar en tres estados, incluido Zulia, el más poblado del país.
Sufrió, en contraste, una dura derrota en una región clave que controlaba: Táchira, fronteriza con Colombia.
Los mayores partidos opositores se marginaron de las presidenciales de 2018, en las que resultó reelecto el gobernante socialista Nicolás Maduro, y las legislativas de 2020, en las que el oficialismo recuperó el control del Parlamento; denunciando ambos comicios como “fraudulentos”.
“Las fuerzas revolucionarias hemos ganado 21 (estados), incluyendo la capital del país (…). Buen triunfo, buena victoria, buena cosecha producto del trabajo, un trabajo perseverante”, celebró Maduro.
El primer boletín se hizo público con 90,21% de los votos transmitidos, precisó Calzadilla.
La votación trajo el regreso de observadores internacionales: la Unión Europea, que no trabajaba en una elección en Venezuela desde hace 15 años, formó parte con una misión de 130 delegados y también hubo presencia de expertos de Naciones Unidas y el Centro Carter.
Las autoridades venezolanas, en eventos electorales anteriores, optaron por “misiones de acompañamiento” de países y organizaciones cercanas al chavismo.
“Abstención y división”
Las elecciones regionales se presentaban como un nuevo punto de partida tanto para Maduro, que busca el levantamiento de sanciones internacionales, como para la oposición, que retornó a la vía electoral con la mirada puesta en una elección presidencial “transparente” en 2024, aunque el próximo año tiene la opción de un referendo para revocar el mandato del gobernante.
“Los resultados del CNE traen pocas sorpresas (…). El mapa queda fundamentalmente rojo (color del gobernante PSUV), como se esperaba”, escribió en Twitter el analista Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis.
“Este resultado es lamentable para la oposición, pues se definió fundamentalmente debido a la abstención y la división”, expresó León en referencia a las dificultades de los rivales de Maduro para acordar candidaturas unificadas.
Esa fragmentación facilitó las cosas al chavismo en zonas tradicionalmente opositoras como Táchira.
SEPA MÁS
Casa Blanca
Estados Unidos denunció ayer lunes que el Gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha privado “de nuevo” a los venezolanos de participar en un proceso electoral “justo y libre”.
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, indicó en un comunicado que durante los comicios locales del domingo “el régimen alteró el proceso para determinar el resultado de estas elecciones mucho antes de que se emitieran las papeletas”.
En ese sentido, el jefe de la diplomacia estadounidense citó, entre otros, los arrestos arbitrarios.