ALEX RODRÍGUEZ
SANTO DOMINGO
Aunque en su caso funcionó la vía “americana” para llegar a la NBA, si hubiera tenido el conocimiento del negocio del baloncesto que tiene ahora Chris Duarte hubiera llevado sus talentos a Europa o Argentina como paso previo para entrar a la gran liga de Estados Unidos.
“Me hubiera ido a Europa y no a un Junior College. El Real Madrid me ofreció, pero no sabía que los scouts iban allá a ver a los jóvenes. Mi sueño era ir al College (Universidad) y jugar el mejor baloncesto posible”, dijo Duarte al responder preguntas vía zoom a la prensa de Latinoamérica.
El contacto con los periodistas se dio en el marco de la celebración en todo el mes de marzo del programa “Noches Ene-Bé-A” para conmemorar a los fanáticos y jugadores de las comunidades latinoamericanas e hispanas de los Estados Unidos.
La actividad incluye camisetas de calentamiento, mercadería especial así como actividades comunitarias.
El defensa de los Pacers de Indiana agregó que de todas maneras para él funcionó el haber asistido a la universidad de Oregon, sobre todo en el aspecto deportivo ya que pudo crecer como jugador y persona, aunque no le gustó mucho la carrera que cursó (sociología).
Entiende que si hubiera dado primero el paso de ir a Europa o Argentina se pudo haber concentrado solo en el baloncesto.
“Me crie con mi abuela, mi madre y mis tías como 14 personas en una casa. A los 16 años salir del hogar a un país, idioma y cultura nuevos no fue nada fácil. Tuvimos que trabajar, colectar dinero para ir a otros sitios a jugar, limpiar. Muchos no aguantaron y regresaron”, dice el jugador de primer año.
Explicó que ha tenido que hacer ajustes tanto físicos como mentales para estar en la NBA, pero sobre todo en el último aspecto.
“Tienes que trabajar más mentalmente, estar preparado te ponen a hacer cosas que no te gustan para saber si pueden confiar en ti tanto los jugadores como los entrenadores. En la cancha se me hace más fácil por el espacio que hay para un jugador como yo que puede manejar el balón, lanzar o pasar”, añadió.
En 53 partidos, el jugador de 6-6 y 190 libras tiene promedios de 13.2 puntos, 4.1 rebotes y 2.1 asistencias con 43 por ciento en lances de campo, 36 en lances de tres y 80 por ciento en los libres.
Con relación a los cambios realizados en el equipo dijo que tenía una buena relación con Domantas Sabonis (cambiado a los Kings) dentro y fuera de la cancha, pero que llegaron dos jugadores buenos (Tyrese Haliburton y Bobby Hield) que son líderes, mueven la pelota, tiran, se comunican bien y juegan rápido que es el estilo de juego que le gusta.
“Adaptarme al juego de la NBA no es fácil, es difícil por muchas cosas que la gente no ve dentro de la cancha. Al principio era incómodo ya que soy un hombre de 24 años con mujer y dos hijos y me ponían a hacer cosas de un muchacho de 18 o 19 años”, agregó.
Consideró que la dedicación y el tener la oportunidad son las cosas que más se necesitan para ampliar la cantidad de jugadores latinoamericanos en la NBA y exhortó a los jóvenes a hacer las cosas bien, no meterse en problemas y “soltar la calle y el teteo”.
Se definió como un “hombre bien familiar” que le gusta estar con sus hijos y que en cada oportunidad que tiene manifiesta su dominicanidad.
“Todavía no estoy al cien por ciento, tengo un golpe que me incomoda un poco, pero nada grave. El dedo va mejorando, lo estoy tomando día a día. Jugué hace un par de días y me sentí bien”, añadió.
Reiteró su deseo que vestir la camiseta de la selección dominicano en un futuro no muy lejano.
“LeBron (James) tiene fanáticos en todos los lados y cuando jugó en Indiana parecía que era en Los Angeles. Nos anotó 40, ganó el juego y se vio como un niño de 20 a los 37 años. Curry (Stephen) es un jugador difícil de defender, siempre se está moviendo, no es fácil, es impresionante lo que pueden hacer jugadores como Chris Paul y Devin Booker, principalmente”, añadió.