“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”,
Filipenses 1:6.
La buena obra de la salvación se afirmará en su propio autor que es Jesucristo. Dice el salmista: “¡El Señor llevará a feliz término su acción en mi favor!”. ¡Qué obra maravillosa la de la salvación! Nunca quedará incompleta. Por eso, Dios cumplirá su propósito en el creyente. En efecto, debemos crecer en su gracia. Se trata de una clara perspectiva de la vida piadosa. Hay que mejorarla continuamente hasta el día de Jesucristo. Cuando vuelva nuestro Salvador.