El Vaticano tiene rituales y procedimientos detallados a seguir cuando muere un pontífice, pero no ha publicado tales reglas para un papa emérito. Como resultado, la noticia oficial del miércoles de que la salud de Benedicto XVI había empeorado generó preguntas sobre qué sucederá llegado el momento.
Hasta ahora, el Vaticano no ha anunciado los pasos a seguir. Lo único cierto es que el ritual más importante que sigue a la muerte de un papa, un cónclave para elegir uno nuevo, no se aplicará.
El papa Francisco hizo sonar la alarma sobre la salud de Benedicto XVI, de 95 años, cuando pidió durante su audiencia general de los miércoles una oración especial por su predecesor, diciendo que el papa emérito estaba “muy enfermo”.
Francisco visitó más tarde a Benedicto XVI en su casa en Ciudad del Vaticano. El portavoz del Vaticano confirmó que la salud del papa emérito ha empeorado debido a su edad, pero aseguró que la situación estaba bajo control.
Los observadores asumen que, cuando sean necesarios, los rituales funerarios de Benedicto XVI se asemejarán mucho a los del obispo de Roma: un funeral en la Basílica de San Pedro o en la plaza, en este caso presidido por Francisco —en lugar del decano del colegio cardenalicio— y sepultura en la gruta debajo de la basílica.