HEDDEL CORDEROheddelcordero@yahoo.es
Cuando éramos muchachos, los períodos de lluvia y de sequía estaban definidos y se cumplían religiosamente con las aguas de mayo y los soles de julio y agosto.
El medio ambiente recibía entonces menos agresiones. Casi de manera natural, la gente era más considerada con el ecosistema. Existía una vocación por la siembra de árboles y la palabra depredación se desconocía. Las cuencas de los ríos eran sagradas, los cielos del mundo eran más limpios y había más árboles sobre la tierra.
La gente era pro naturaleza casi por idiosincrasia.
Una verdadera paradoja. Porque ayer había más ignorancia sobre el tema, empero había más respeto. Hoy hay más conocimiento sobre el mismo, pero la agresión es mayor.
Tanto así, que la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el marco de la Asamblea Mundial de la Salud que se celebró en Ginebra, Suiza, ha realizado un llamado urgente a tomar medidas contra el cambio climático porque el mismo contribuye a aumentar las tasas de enfermedades no transmisibles y está facilitando la aparición y propagación de enfermedades infecciosas. Se habló allí de reducir las emisiones de carbono, promover la energía renovable, entre otras acciones destinadas a la resiliencia climática.
También se ha dicho que desde los años 60 se está acelerando el aumento del nivel del mar y que actualmente lo hace a un ritmo de 3 milímetros por año y todo por el calentamiento global y el cambio climático.
Por la misma razón también se pronostican sequías más prolongadas, lluvias más intensas, incendios forestales más voraces, ciclones de vientos más poderosos, en fin, fenómenos atmosféricos cada vez más anormales y catastróficos.
La tarea debe ser urgente para todos. Siempre es posible ayudar. Se ayuda apagando los equipos electrónicos que no se estén utilizando en la casa, no desperdiciando el agua potable que llega al hogar, cuidando los bosques, comprando bombillos y electrodomésticos de bajo consumo, reutilizando los plásticos, separando la basura, prefiriendo el uso de los plásticos reusables, etc.
El árbol y la tierra, el aire y la lluvia, deben ser sagrados para los humanos.
Que nadie se quede indiferente, vamos a pensar en el futuro de los nuestros. En el porvenir de los que ahora son víctimas de esta desolación. Hagámoslo por ellos.
Es que solo nos queda medio ambiente.