No podemos perder la esperanza de mejorar la calidad de la educación dominicana. Tampoco queremos acostumbrarnos a los deficientes resultados de las evaluaciones de los aprendizajes de nuestros estudiantes, por eso nos animamos a compartir algunas ideas:
Una amplia gama de factores influye en el rendimiento académico de los estudiantes, por mencionar algunos: sus condiciones socioeconómicas, el trabajo en el aula, el entorno escolar y comunitario, los recursos didácticos y tecnológicos, la gestión del centro educativo, el bagaje cultural de los padres, entre otros factores.
Estamos viviendo en una época donde lo que menos importa es el aprendizaje, donde lo único valioso son “las evidencias”: firmas, fotos, informes, videos, eventos y demás distractores. Se construyen grandes volúmenes de documentos basados en “evidencias” de lo bien que estamos trabajando en educación.
Quiero partir de la idea de que el mayor nivel de concreción curricular es el salón de clases, donde hay dos protagonistas a los que hay que prestarles atención, el alumno y el docente.
Siempre estamos enfocados en el alumno: alimentación escolar, uniformes, libros, transporte, mochilas, tarjetas de ayuda para los padres, pruebas nacionales, comportamiento, rendimiento académico, concursos, y más.
Es tiempo de echar una mirada a ese segundo importante actor del proceso enseñanza- aprendizaje, el docente. El principal actor sigue siendo el alumno, es por quien y para quien existe la escuela.
Es tiempo de saber ¿qué y cuánto sabe el docente del currículo de la asignatura que enseña?, ¿Qué porciento del currículo desarrolla en el año escolar? ¿Qué han aprendido sus alumnos de ese currículo? Es un tema que no se quiere tocar.
Estas respuestas solo podemos conseguirlas con evaluaciones. Dependiendo de los resultados de las evaluaciones hay que trabajar en capacitaciones basadas en las deficiencias encontradas sobre el dominio y cumplimiento del currículo.
Si bien es cierto, que las condiciones y los recursos son necesarios e importantes para lograr un aprendizaje efectivo y significativo, el dominio y cumplimiento del currículo ocupan el primer lugar para lograrlo.
Un tercer actor que muchas veces está presente en el salón de clases, es el personal técnico docente. Algunas de sus funciones son: acompañar, orientar y colaborar con el docente en la mejora de su práctica pedagógica (planificación, estrategias metodológicas, uso de recursos, integración de las Tics, dominio de contenidos…); detectar fortalezas y oportunidades de mejora, entre otras acciones de colaboración. ¿Qué se está haciendo en ese sentido?, ¿hay una oportunidad de mejora?
Por otra parte, es necesario revisar el sistema de evaluación, comenzando con los primeros grados, en especial la promoción automática para evitar traumas y frustraciones a los niños, sin embargo, padres y docentes se han acomodado y no hacen el esfuerzo necesario para que los niños y niñas aprendan.
Con la jornada escolar extendida no se ha observado un cambio significativo en los niveles y calidad de los aprendizajes. También hay que evaluar y hacer los ajustes de lugar. Si no hay talleristas, más lectura, más matemática, educación ambiental, deportes, moral y cívica, formación integral humana y religiosa…y elaborar un plan nacional de capacitación para la formación de los talleristas. Las capacitaciones docentes han de realizarse en base a un diagnóstico previo de necesidades.
Además de estos pequeños ajustes, en nuestro sistema educativo tenemos que leer y promover la lectura en todos los niveles, y promover el aprendizaje significativo de las matemáticas, desde el nivel inicial. ¡Qué bonito y útil es el currículo de matemática! Ojalá el lector hiciera una revisión grado por grado. Ahí tenemos un gran vacío, en el desarrollo del currículo en el aula.
Sobre la tensión Ministerio de Educación-ADP, es una situación sistémica, y ha sido alimentada por los partidos políticos, sin excepción. Cuando la ADP tiene elecciones, los activistas políticos de los partidos están en campaña.
Cada corriente sindical magisterial tiene su enfoque político partidista. Es una pena que la ADP se haya convertido en el instrumento para hacerle oposición a los gobiernos, en todos los tiempos. Hay que buscar un mecanismo de negociación y conciliación entre los partidos políticos. Por ejemplo, revisar y renegociar los acuerdos que se han firmado, y cumplir con lo pactado, por la salud de la educación.
Otro punto importante a considerar y evaluar es la gestión de la educación, en toda su estructura. ¿Hay un liderazgo académico y pedagógico orientando y desarrollando los procesos y programas de la educación dominicana?
Es tiempo de repensar la educación, si es que queremos avanzar como país hacia una nación más justa, integral, inclusiva y sostenible.