«Oppenheimer», la nueva cinta del afamado director británico Christopher Nolan y que cuenta la historia del conocido como «padre de la bomba atómica», sigue todavía sin fecha de estreno en Japón, ante las críticas de espectadores y días antes del aniversario del primer bombardeo nuclear.
«Oppenheimer» se ha estrenado ya en los cines de cerca de medio centenar de países -donde ha sido aclamada por público y crítica-, mientras que otros tantos tienen fechas de estreno programadas para este agosto.
Japón, sin embargo, no ha confirmado aún cuándo la cinta podría llegar a sus salas, con algunas distribuidoras locales alegando que todavía están esperando para ver cuál es la recepción que recibe a nivel internacional, algo habitual en el país asiático para los «blockbuster».
Es frecuente que las películas extranjeras se estrenen en Japón, un país con una importante industria cinematográfica local, meses o incluso hasta un año después que en el resto del mundo, lo que permite a los cines optar por estrenos más modestos y en un número menor de salas si la película no termina de funcionar en otros países.
Este podría ser el caso de «Oppenheimer», sin embargo, algunos expertos consideran que las distribuidoras niponas estarían esperando a que se pase el aniversario de los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki, que se produjeron el 6 y el 9 de agosto de 1945 respectivamente, al considerar de mal gusto hablar de un posible estreno del filme antes de estas importantes fechas.
«Oppenheimer» narra la historia de J. Robert Oppenheimer, un físico teórico estadounidense de origen alemán considerado como el «padre de la bomba atómica» por su destacada participación en el Proyecto Manhattan, y que nunca expresó arrepentimiento por la fabricación de este arma aunque sí por la muerte de civiles.
«Japón, como país que sufrió bombardeos atómicos, tiene derecho a evaluar este trabajo sobre el tema del desarrollo de la bomba atómica», explica el escritor Akihiko Reizei, en un artículo de opinión para la revista Newsweek, quien considera también que se ha realizado una extensa investigación histórica en la producción de la película.
Mientras tanto, otros usuarios japoneses de la red social X (antes conocida como Twitter) consideran que el filme debe ser expuesto en Japón ya que «narra hechos históricos con la debida consideración y cuidado».
«Como alguien nacido en Hiroshima, tengo muchos pensamientos al respecto, pero estoy firmemente en contra del movimiento de boicot a la proyección. Creo que es natural que la gente exprese sus sentimientos después de ver la película, o más bien, garantizar la libertad de crítica una vez se haga pública», dijo un usuario de dicha red social.
Otros usuarios, sin embargo, dijeron que sería de mal gusto que el estreno se produzca en agosto, coincidiendo con el aniversario de los bombardeos atómicos y ante la preocupación de que la película de Nolan pudiera idealizar la figura de J. Robert Oppenheimer.
Estados Unidos lanzó el primer ataque nuclear sobre la ciudad de Hiroshima el 6 de agosto de 1945, y tres días después lanzó una segunda bomba atómica sobre Nagasaki, lo que condujo a la capitulación de Japón el 15 de agosto y puso fin a la II Guerra Mundial.
Se calcula que unas 210.000 personas perdieron la vida en ambas ciudades a causa del bombardeo, que dejó además 150.000 heridos y consecuencias humanitarias y medioambientales décadas después del suceso.
Japón cuenta con una extensa filmografía sobre las consecuencias de estos bombardeos, incluyendo clásicos como «Los niños de Hiroshima» (Kaneto Shindo, 1952), «Hiroshima» (Hideo Sekigawa, 1953) o las más recientes cintas de animación «La tumba de las luciérnagas» (Isao Takahata, 1990) o «En este rincón del mundo» (Sunao Katabuchi, 2016), todas ellas desde la perspectiva de las víctimas y el horror vivido.