La seguridad ciudadana es un tema de máxima prioridad en la República Dominicana.
Uno de los principales factores para reducir la criminalidad es el patrullaje policial. Sin embargo, recientes declaraciones del Comisionado de la Reforma Policial han revelado que solo el 11% de los agentes realiza labores de patrullaje en un país con 158 municipios y 235 distritos municipales, lo que equivale a apenas 4,525 policías en las calles. Esta cifra es insuficiente para garantizar una presencia disuasoria y una rápida respuesta ante los delitos.
Un problema de distribución, no de cantidad
La Policía Nacional cuenta con 41,141 miembros, pero la mayoría está asignada a funciones administrativas, escoltas o labores no operativas. En lugar de reclutar más agentes sin una estrategia clara, es imprescindible redistribuir el personal existente y optimizar su despliegue.
Tras analizar la nómina policial, hemos identificado que:
Solo 4,525 policías patrullan las calles.Más de 3,798 oficiales superiores (generales, coroneles, tenientes coroneles y mayores) están en funciones de mando.
Miles de agentes están asignados como escoltas de funcionarios y personalidades.
El 76% de los destacamentos no recibe denuncias por falta de infraestructura, lo que limita el análisis del crimen.
Esta estructura genera una policía altamente burocratizada, con un patrullaje deficiente y una percepción de inseguridad creciente entre la población.
Solución: reasignar policías al patrullaje
Para mejorar la seguridad sin aumentar el presupuesto policial, proponemos triplicar el número de policías en patrullaje, pasando de 4,525 a 13,776 efectivos, mediante las siguientes acciones: Reubicar el 15% del personal administrativo a labores operativas, sumando 5,492 policías a las calles.
Reducir en un 20% la cantidad de oficiales superiores y asignarlos a tareas operativas, agregando 759 agentes más.
Eliminar escoltas innecesarias y reasignar 3,000 policías al patrullaje en zonas críticas.
Este cambio no requiere aumentar la nómina policial, sino administrar eficientemente los recursos existentes.
Distribución del patrullaje
No basta con aumentar la cantidad de agentes en las calles; es fundamental realizar una asignación estratégica basada en criterios como índices delictivos, densidad poblacional y zonas de alto riesgo.
Bajo este esquema, la distribución de patrulleros quedaría de la siguiente manera:
45% en grandes ciudades (6,200 policías): Santo Domingo, Santiago, San Cristóbal, La Vega, La Romana.
30% en ciudades medianas (4,100 policías): San Francisco de Macorís, Puerto Plata, Mao, Bonao.
15% en pequeños municipios (2,000 policías): Monte Plata, Nagua, Cotuí.
10% en distritos municipales y zonas rurales (1,376 policías).
A su vez, se debe fortalecer la vigilancia con tecnología como cámaras de seguridad, drones y centros de monitoreo que optimicen la cobertura de patrullaje.
Conclusión: un cambio necesario y viable
La criminalidad es un problema que afecta la calidad de vida y el desarrollo del país. Aumentar la cantidad de policías en las calles no solo fortalecerá la prevención del delito, sino que también mejorará la confianza de la ciudadanía en la institución policial.
El patrullaje es la primera línea de defensa contra la delincuencia. Redistribuir los recursos policiales para aumentar la vigilancia y presencia en las calles es una solución viable, sin necesidad de mayores costos.
Es hora de transformar la Policía Nacional en una fuerza verdaderamente operativa, orientada a la seguridad de los ciudadanos.