La caries dental, una enfermedad que frecuentemente no es tomada en cuenta en discusiones sobre salud pública, representa un desafío económico considerable para los sistemas de salud de nuestros países. El tratamiento de esta condición tiene un impacto económico significativo por parte de nuestros gobiernos. Por ejemplo, en países como Australia, el gasto en el tratamiento de caries dental ha superado en algunos años el gasto destinado a otras enfermedades consideradas catastróficas.
A pesar de ser muy fácil de prevenir y tener consecuencias negativas en la calidad de vida, la caries dental sigue siendo una de las enfermedades crónicas más prevalentes a nivel mundial. Teniendo esto en cuenta ¿por qué no estamos prestando más atención a este problema?
El hecho de que la mayoría de la población tiene o ha tenido caries dental, sugiere una normalización de esta condición dentro de la sociedad. Aunque carecemos de estudios representativos de caries dental en nuestro país, los que tenemos disponibles y la evidencia anecdótica indican una alta prevalencia de esta enfermedad. Por ejemplo, es común observar que, en ambientes cotidianos como oficinas o reuniones sociales, aproximadamente 9 de cada 10 personas tengan o hayan tenido lesiones activas de caries dental.
Históricamente, se ha prestado especial atención al tratamiento restaurador de la caries dental. Los procedimientos dentales como las restauraciones (empastes), endodoncias (tratamientos de canal), extracciones, etc., suelen ser costosos y generan cargas financieras elevadas tanto al paciente como al sistema de salud. Esta situación conduce a que muchas personas pospongan o incluso eviten recibir tratamiento. Sin embargo, es evidente que los programas de prevención existentes deben expandirse y fortalecerse.
Para abordar esta problemática es necesario adoptar un enfoque integral y multidisciplinario. Esto implica priorizar medidas de prevención y promoción de la salud bucal, e implementar estrategias que mejoren el acceso de la población a atención dental y los productos de higiene oral. Adicionalmente, es esencial integrar la prevención de caries dental en las campañas que ya se realizan para prevenir otras enfermedades crónicas con factores de riesgo compartidos, como son la diabetes, la hipertensión y la obesidad.
En conclusión, el impacto económico de la caries dental es significativo, tanto para los individuos como para los sistemas de salud a nivel mundial. La alta carga financiera asociada con el tratamiento de esta enfermedad subraya la importancia de implementar estrategias efectivas de prevención, acceso a productos de higiene oral y a la atención dental, para reducir su impacto económico y mejorar la salud bucal de la población.
La autora es Directora del Centro de Investigación en Biomateriales y Odontología (CIBO-UNIBE)