La entrevista que realizó el periodista del Listín Diario, Carlos Moreta, al fotorreportero Antonio García Valoy, el pasado domingo, confirma enteramente lo que tengo años diciendo: Joaquín Balaguer dirigió al detalle la campaña militar contra la guerrilla de Francisco Alberto Caamaño en febrero de 1973.
Balaguer subió tres veces a la montaña en solo dos semanas para conducir en persona la lucha antiguerrillera, ajustando el mando y finalmente dando la orden de asesinar a Caamaño luego de ser capturado con una herida leve en una pierna.
Lo que relata García Valoy, que era el reportero gráfico del Listín Diario asignado al Palacio Nacional, es digno de ver una y otra vez.
Dice, en síntesis, que Balaguer lo convocó al Palacio Nacional a través del general Fidel Báez Berg (el no dijo el nombre, yo sí) que era el director de comunicaciones de las Fuerzas Armadas, junto al camarógrafo Marino Guzmán y el periodista José Goudy Prat, a quienes instruyó personalmente para que subieran al Valle de la Lechuguilla a levantar información sobre la muerte de Caamaño y otros dos guerrilleros.
García Valoy explicó que Balaguer lo instruyó para que hiciera un trabajo completo que despejara cualquier duda de que Caamaño estaba muerto y dispuso que los tres periodistas viajaran en la madrugada del 17 de febrero junto al general Báez Berg.
Balaguer sabía que Caamaño estaba muerto porque él mismo había visto donde lo tenían los militares, allá en la montaña, donde subió en un helicóptero militar junto a los jefes Enrique Pérez y Pérez, Ramón Emilio Jiménez Reyes, y otros.
El helicóptero civil de Balaguer llegó poco después del mediodía a la explanada este del cuartel de la Policía Nacional en San José de Ocoa donde estaba el puesto de comando de la lucha contra la guerrilla.
Bajó de su aeronave y a pocos metros fue subido a un helicóptero militar que tomó rumbo norte franco, volando por encima de La Horma y penetrando al Valle de la Lechuguilla donde estaba Caamaño prisionero.
El viaje a la montaña fue de corta duración. Una hora más tarde estaba de regreso, abordó de nuevo su helicóptero civil y regresó a la ciudad de Santo Domingo dejando el poblado de Ocoa por la zona de la Loma del Rancho.
Comprobado por Balaguer que el prisionero era Caamaño, a quien conocía muy bien desde que este valiente militar era el oficial que con frecuencia utilizaba Trujillo para que lo acompañara en sus viajes al exterior, lo que restaba era asesinarlo porque según sus palabras en el país no había cárcel para un preso como ese revolucionario.
Muerto el jefe guerrillero en un asesinato vulgar a manos de quienes habían sido sus compañeros de armas, Balaguer se ocuparía de que la población dominicana se informara de que Caamaño estaba liquidado y con él cualquier esperanza de organizar una guerra en forma contra su gobierno. Por eso Balaguer dispone que tres periodistas viajen a la montaña a buscar la información y difundirla para que no quedara duda de que República Dominicana ya no podía contar con Caamaño para hacer revolución.
El aporte de García Valoy es importante, pero difiero de él cuando afirma que la prensa no tuvo restricciones para hacer su trabajo.
Yo vivía en Ocoa y sabía que tres periodistas habían estado “cubriendo” la guerrilla para diarios de Santo Domingo y que se hospedaban en el Hotel Marién, frente al parque de Ocoa. Ellos nunca pudieron hacer su trabajo.
No solo todos los dirigentes políticos opositores fueron perseguidos y algunos encarcelados, sino también periodistas ocoeños enviados al Palacio de la Policía Nacional por meses.
Al conocerse el 17 de febrero que los militares habían asesinado a Caamaño, los periodistas fueron despertados bien temprano por la multitud que acudió allí a reclamarles por qué esa noticia “falsa” que ocupaba grandes titulares.
Los periodistas Moisés Adolfo Iturbides y René Fernández Almonte bajaron a conversar con la multitud. Ellos explicaron que no tenían información directa porque los militares no permitían que salieran hacia los pobladitos más próximos a la zona donde operaba la guerrilla, pero esa información era un comunicado de las Fuerzas Armadas.
A quién le quede duda de que Balaguer fue quien condujo el comando antiguerrillero contra Caamaño, que vea el video de la entrevista de Moreta a García Valoy y observe cómo este hombre instruía en detalle a un reportero gráfico del Listín Diario.