Máximo Santos soñaba con ser patólogo forense, pero la cercanía con la sangre y los riesgos de esa profesión lo llevaron a explorar otros caminos encontrando su verdadera vocación en los autos deportivos y de carrera, donde combina su talento como mecánico y piloto.
Conocido en la pista como “MacGyver”, Santos contó a Listín Diario que se dedica a modificaciones y adaptaciones en vehículos de competencia, incluyendo la construcción de roll cages o jaulas antivuelco, estructuras internas que protegen al piloto durante las carreras.

“Es una de las cosas esenciales para el deporte al cual me dedico. Soy piloto profesional de Drift y ejecuto esa acción en el autódromo de Las Américas”, afirmó durante una entrevista.
El mecánico reveló que creció en Pantoja junto a sus seis hermanos, siendo este el del medio. A los 13 años, su madre lo llevó a Infotep tras descubrir su talento reparando carritos en casa.
“Ya no me querían en la casa porque estaba inventando demasiado y era un talento que se podía perder”, relató.
“Ya no me querían en la casa porque estaba inventando demasiado y era un talento que se podía perder”

Santos explicó que era difícil que fuera admitido en esa institución siendo menor de edad por lo que su padre firmó la documentación para que fuera inscrito y así iniciar su formación.

Comentó que, realizó en Infotep todos los cursos alusivos a los vehículos que incluyó desabolladura, electricidad automotriz, pintura de vehículos, seguidos de mecánica general.
Para sus prácticas trabajó con un motor BMW E36 donado por Alemania a la institución, aprendiendo a desarmar y ensamblar motores y sistemas eléctricos.
“Entré a los 13 años y salí mayor de edad, de 18 casi 19, habiendo hecho todos los cursos que pude en Infotep”, recordó.
Al finalizar su formación, su padre le entregó su primer equipo de soldadura, y Máximo inauguró un taller frente a su casa.
Reveló que, aunque el espacio era reducido, la clientela comenzó a llegar por recomendaciones de familiares, amigos y conocidos que confiaban en su habilidad.
Del taller a la pista
Además de trabajar en su taller y ser su propio jefe, Santos instruyó a nuevos estudiantes en Infotep, enseñándoles desmontaje de vehículos, organización del taller y medidas de higiene.
“Infotep tiene la ventaja de recibir a jóvenes de cualquier barrio; allí todos aprendemos por igual, sin importar la solvencia económica”, destacó.
El piloto detalló que, los autos clásicos requieren una terminación como si hubieran salido de fábrica, mientras que los de Drift deben estar preparados para la pista.
Máximo resaltó la importancia de la seguridad en la mecánica de carrera, donde cada auto debe pasar inspecciones técnicas según los reglamentos del Club Dominicano de Corredores de Drift (CDCD) y la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).
Una pasión que cuesta
La pasión resulta fundamental para Santos. “Si no tienes pasión, es muy difícil llegar a la meta en este deporte”, indicó.
Al hablar sobre los ingresos que permite la mecánica de carrera, Máximo enfatizó que lo más gratificante es ver un auto listo para competir.
En ese sentido, adelantó que, los gastos por competencia iniciales o intermedias oscilan entre RD$40,000 y RD$45,000, mientras que la remuneración como mecánico puede alcanzar RD$75,000 por carrera.

Dijo que en su taller trabaja con autos de alta gama y modificaciones complejas, como Infiniti G37 con doble turbo, Porsche 944 Turbo adaptado con motor Toyota 2JZ y un Nissan 240 con motor Chevrolet V8.
“Si el cliente viene con mentalidad abierta y dispuesto a invertir, hacemos el trabajo desde cero”, aseguró.
Máximo insistió en que, aunque su objetivo es consolidar un taller de alta gama, lo fundamental sigue siendo la pasión y el aprendizaje continuo.
“A todo lo que te dediques se puede, si lo haces con pasión y enfoque. En el camino hay tropiezos, pero lo importante es seguir; se puede porque yo empecé así”, señaló.