El día de ayer se registró un apagón general que dejó al país sin electricidad por más de cinco horas y provocó el colapso en los servicios de transporte.
La falla se registró a la 1:23 de la tarde tras confirmar una avería en la Subestación 138/69 kV de San Pedro de Macorís durante la apertura manual de las cuchillas del lado línea 138 kV SP-Cumayasa.
De acuerdo a un informe técnico, el hecho fue consecuencia de un error operativo humano al ejecutar una maniobra, generando una perturbación severa que afectó la estabilidad del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI).
“Se determinó que la subestación no dispone de un esquema de protección diferencial de barras, considerado el mecanismo más rápido y seguro para aislar fallas internas. De haberse contado con dicha protección, la falla habría sido aislada instantáneamente mediante la apertura coordinada de todos los interruptores asociados al embarrado afectado, evitando la propagación del disturbio”, exponen en el documento.
En términos llanos, el colapso sucedió por una maniobra incorrecta en la Subestación SPMI que se agravó por la ausencia de protección diferencial de barras y la falla de coordinación entre las protecciones de generación, Esquema de Deslastre Automático de Carga (EDAC) y control de frecuencia, provocando desconexiones desordenadas.
Con un 40% de la generación proveniente de fuentes renovables no convencionales (ERNC), se redujo la estabilidad del sistema eléctrico, contribuyendo a la pérdida de sincronismo generalizada.
A esto se le suma una falta de personal técnico calificado en la ejecución de maniobras de alta tensión, como la ausencia de protocolos de entrenamiento continuo y la insuficiente supervisión operativa, que incidieron en la magnitud del evento.
Recuperación de energía
Los datos sostienen que la recuperación total del sistema fue lenta, pues a las 6:00 de la tarde el SENI solo había alcanzado un 25% de la demanda abastecida, y lo atribuyen a la falta de coordinación con las unidades generadoras con capacidad de arranque en negro, una limitada disponibilidad del personal y poca comunicación interinstitucional ante la emergencia.