“Mi nombre es Chantal Santiago García, y soy hija de Jinet García, una mujer que ha sido mi fuerza, mi ejemplo y mi razón de seguir adelante”. Esta cita es de una joven de 19 años que protagoniza la historia de hoy y, que a pesar de padecer de Linfoma de Hodgkin, un cáncer del tejido linfático, no se detiene en su ruta hacia la superación.
A su corta edad, ha vivido una amarga experiencia en cuanto a su salud, pero ha logrado una hermosa vivencia entre libros y conocimientos. La enfermedad no la ha detenido. En menos de dos años será una abogada como lo ha soñado.
Con todo y el diagnóstico recibido y los procesos a los que ha sido sometida, Chantal fija su mirada hacia el futuro. Terminar su carrera de Derecho y convertirse en una profesional competente, es su norte.
Sabe que el cáncer juega en su contra, pero no le deja espacio para que ataque su mente. “Aunque esta enfermedad llegó a mi vida de forma inesperada, la he enfrentado con valentía. Hay días en los que lloro, en los que siento que el mundo se me cae encima, pero aun así, sigo luchando porque quiero salir adelante, quiero vivir, quiero que mi madre se sienta orgullosa de mí”. Ella hace su parte, pero necesita una mano amiga que, en lo económico, le dé soporte.
“He pasado por varias cirugías y biopsias, y he recibido muchas quimioterapias. Primero fueron doce ciclos, y luego, al ver que la enfermedad seguía avanzando, tuve que comenzar un nuevo tratamiento más fuerte, con sesiones de tres días internada”. No ha sido fácil. Viene de una familia de escasos recursos, y su mamá ha tenido que ser madre y padre al mismo tiempo.

Aun con todas las dificultades que ha tenido que enfrentar, la dueña de esta historia sigue abriendo su corazón al amor de Dios y a la fe inquebrantable que tiene. “Con esperanza, espero que las personas de buen corazón me sigan ayudando y así poder continuar con mi tratamiento. Cada apoyo, cada gesto y cada palabra de aliento significan el mundo para mí”. Chantal es agradecida y confía en que saldrá airosa de este proceso.
Un diagnóstico de mucho dolor
Esta joven, que cuenta su historia gracias al contacto que hizo a través de Instagram, con Orquidia, una colaboradora de LISTÍN DIARIO, tenía 18 años cuando le descubrieron la enfermedad. Un choque de emociones pasó a dominar la vida de quien se ha distinguido por tener una chispa contagiosa que, precisamente, es la que le da esa fuerza para seguir batallando con el monstruo del cáncer.
“La vida a veces, cambia sin aviso. Todo comenzó con lo que parecía una simple gripe: fiebres, náuseas, pérdida de peso y falta de apetito. Después de varios estudios y hospitalizaciones, los médicos dieron con el diagnóstico: Linfoma de Hodgkin, que llegó sin permiso y cambió mi mundo”. Se refiere a un tipo de cáncer del tejido linfático que se encuentra en los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado, la médula ósea y otras partes.
Como era de esperarse, su reacción fue muy dura. “Lloré mucho, me encerré por tres días, sin querer ver a nadie. Sentía que el suelo se abría bajo mis pies. Pero con el tiempo entendí que rendirme no era una opción”. Ha demostrado que ciertamente es así. Puso en marcha un plan de acción basado en valentía, en ganas de vivir y de superarse. Espera graduarse en poco tiempo. “Porque mi historia no es sólo de dolor, sino también de esperanza, fe y amor”. Es contundente con esta expresión.
Chantal se aferra al dicho: “Después de la tormenta viene la calma”
Se hizo necesario conocer cómo fue la infancia de Chantal Santiago García para entender la fortaleza que muestra en estos momentos de prueba con su salud. Como era de esperarse, su respuesta dio la razón a lo que se creía por su forma tan dinámica de ser.
“Mi infancia fue muy bonita, crecí rodeada de amor junto a mi mamá y mi abuela materna. Fui una niña feliz, llena de vida, con una familia que me enseñó el valor de la fe, la humildad y la esperanza”. Cobra sentido el porqué de su confianza en Dios.
Su adolescencia no fue distinta. La vivió a plenitud. “Fue una etapa muy chula. Disfruté cada momento, cada risa, cada amistad. En la escuela siempre fui una estudiante meritoria, me encantaba aprender y dar lo mejor de mí en todo lo que hacía”. Su inteligencia en los estudios son los que le permitieron entrar a temprana edad a la universidad y, estar a menos de dos años de graduarse de abogada. Todo esto, pese a la batalla que libra contra el cáncer.

“Así es. A pesar de todo, sigo estudiando en la universidad. Estoy en la carrera de Derecho, y me falta poco más de un año para cumplir uno de mis grandes sueños: convertirme en abogada”. Su fe la tiene puesta no sólo en que se curará, sino en que podrá obtener su título profesional para lograr que su madre esté aún, más orgullosa de ella.
Esta joven, tan espontánea como valiente, es un ejemplo a seguir por quienes se paralizan ante un diagnóstico tan desfavorable como lo es padecer del Linfoma de Hodgkin, ese cáncer del tejido linfático que requiere de internamientos, quimioterapias y un seguimiento arduo para poder vencerlo. Ella cree en la victoria.
“No pienso rendirme”
Como lo ha dicho con este frase: “Mi historia no es sólo de dolor, sino también de esperanza, fe y amor”, así es que lo deja evidenciado la dueña de esta historia con este ultimátum “no pienso rendirme”. Una actitud digna de aplauso, pero también merecedora de que todo el que pueda, la ayude a llevar su tratamiento.
“Cada día me levanto con el corazón lleno de ganas de seguir luchando, porque sé que después de la tormenta, siempre llega la calma. Y yo, Chantal Santiago García, no pienso rendirme”. No le da tregua a la enfermedad ni a la carrera de Derecho que cursa y piensa desempeñar como una profesional de alto nivel.
Así como ha mostrado su fortaleza, no deja de admitir que su debilidad se fundamente en las carencias que tienen ella y su madre para continuar hacia delante. Jinet García, su mamá, tuvo que dejar de trabajar para entregarse en cuerpo y alma a su hija, dado que debe disponer de tiempo para lo que se requiere.

Se sabe que una enfermedad como el cáncer afecta los bolsillos hasta de quienes tienen holgura económica, imagínese de dos mujeres que se tienen una a la otra. Este es otro motivo por el que Chantal desea que pase pronto el tiempo, y ella pueda recuperar su salud y convertirse en esa abogada exitosa y próspera que tanto desea. Si deseas contactarla, puedes hacerlo al teléfono (849) 467-8592.