Grecia aumentará la presencia de guardias en su frontera con Turquía por temor a un aumento de la inmigración ilegal vinculado a la crisis en Afganistán, según informaron las autoridades el lunes.
Otros 250 policías se incorporarán a los 1.500 efectivos a lo largo de varios meses, cifra que se ha incrementado respecto a los cerca de 1.000 de principios del año pasado. También se contratará a unos 800 guardias fronterizos adicionales para dotar de personal a los aeropuertos y las regiones cercanas a la frontera entre Grecia y Turquía.
Según las autoridades, el aumento se debe en parte a la toma de posesión de los talibanes en Afganistán. En los últimos dos años, Grecia ha endurecido su política migratoria y la vigilancia de las fronteras, extendiendo un muro a lo largo de su frontera terrestre con Turquía e instalando una red de vigilancia de alta tecnología para tratar de disuadir a los solicitantes de asilo.
Grecia también ha negado las crecientes acusaciones de grupos de derechos humanos de que los inmigrantes que son detenidos una vez que ingresan al país están siendo deportados sin que se les permita solicitar asilo.
El lunes, el ministro griego de Migración, Notis Mitarachi, dijo que un creciente número de países de la Unión Europea, conformada por 27 naciones, presionaron a la Comisión Europea para que tome medidas más estrictas para disuadir la migración.
“Europa no tiene fronteras con países en guerra. Y la mayoría de las personas que llegan no corren peligro en el último país de tránsito, así que es importante redefinir cómo funciona (la política migratoria) y cómo funciona la seguridad fronteriza”, dijo Mitarachi.
En los últimos meses, Polonia y Lituania han pasado problemas para hacer frente a un número inusualmente alto de migrantes, la mayoría procedentes de Irak y Afganistán, que llegan a sus fronteras con Bielorrusia. Acusan al gobierno bielorruso de fomentar el flujo de inmigrantes para ejercer presión sobre toda la Unión Europea.