Las normativas de la mayoría de los países establecen que la jornada laboral no debe sobrepasar las 48 horas semanales. Sin embargo, en muchos de ellos un alto porcentaje de empleados termina trabajando 49 horas o más, según las estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) actualizadas en mayo de este 2021.
En lugares como Yemen y Qatar hasta el 97% y el 88% de las personas empleadas puede llegar a trabajar más del tiempo establecido.
Esta realidad se repite en muchos otros países, donde gran cantidad de empleados trabaja más del tiempo dispuesto por ley. De 156 naciones contempladas, solo en 16 no se registran horas de trabajo excesivas.
Países de la región
Entre los países de América Latina y el Caribe con mayor cantidad de empleados que trabajan 49 horas o más se encuentran Bolivia, con un promedio de 35%; Honduras, con 34%; El Salvador, con 31%; Colombia, con 29%; México, con 28%; Perú; con 26%; Costa Rica, con 20%; y Argentina, también con 20%.
En el caso de República Dominicana la proporción estimada es 19% y son principalmente los hombres quienes laboran más del tiempo establecido. El Código de Trabajo del país establece que la duración normal de la jornada de trabajo es la determinada en el contrato, pero precisa que no podrá exceder de ocho horas por día ni de 44 horas por semana.
Entre los países con menor proporción de personas empleadas que trabajan horas excesivas se encuentran Chile, con 13%; Panamá, con 12%; Brasil, con 11%; Ecuador, con 10%; Venezuela, con 9%, entre otros.
En Cuba y Uruguay no hay registros de empleados que trabajen más de las horas establecidas.
Planteamiento del Papa
El pasado fin de semana el Papa Francisco, al pronunciar un discurso en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares, abogó por una reducción de la jornada laboral y a la vez propugnó por un salario universal.
La OIT señala que la mayoría de los países han adoptado una legislación que la jornada laboral no debería sobrepasar las 48 horas semanales; pero aunque hay mucha gente que trabaja menos de este tiempo, existe un gran número excede ese límite.
Un informe sobre las perspectivas del empleo publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en este 2021 indica que la tendencia de las horas semanales habituales de los empleados de tiempo completo se ha mantenido estable desde mediados de los años 90 en la mayoría de los países, mientras que el tiempo dedicado a la recreación ha disminuido.
“Desde mediados de la década de 2000, la incidencia de las horas extraordinarias remuneradas entre los empleados a tiempo completo también se ha mantenido estable. Para los afectados, las horas extraordinarias supusieron, en promedio, un día más de trabajo por semana en 2019”, establece la publicación.
Las largas jornadas de trabajo afectan la salud física y emocional
Tanto la OIT como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han advertido que las largas jornadas de trabajo pueden aumentar las muertes por enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Sus estimaciones indican que unas 750,000 muertes que se produjeron en el 2016 estuvieron vinculadas a este factor.
Un informe publicado recientemente por estos organismos indica que entre el 2000 y el 2016 los fallecimientos por cardiopatías y accidentes cerebrovasculares asociados a la exposición a largas jornadas laborales aumentaron un 41% y un 19% respectivamente.
Aumento
El número de personas que trabajan muchas horas en todo el mundo ha aumentado con el paso del tiempo, hasta alcanzar un número estimado de 479 millones de trabajadores, es decir, el 9% de la población mundial.
Muertes
Las largas jornadas de trabajo provocaron alrededor 745,000 muertes por cardiopatías isquémicas y accidentes cerebrovasculares en 2016.
Hombres
El 72% de las muertes se produjeron entre los hombres, indican los estudios de la OIT y la OMS.
Los más afectados
Los trabajadores de entre 60 y 79 años que habían trabajado 55 horas o más a la semana entre los 45 y los 74 años se vieron especialmente afectados.
Acciones
Para hacer frente a este problema los gobiernos, los empresarios y los trabajadores deben poner en marcha una serie de medidas, recomiendan la OIT y la OMS.