La organización sin ánimo de lucro Human Rights Watch (HRW) denunció este miércoles la deportación por parte de Estados Unidos de más de 20,000 haitianos de regreso a su país en 2021, pese a que este se encuentra en una situación «caótica».
En un informe publicado este jueves, la organización humanitaria pidió a EE.UU. y al resto de países que expulsan haitianos detener esta práctica, ya que los deportados se enfrentan en Haití a un alto riesgo de sufrir violencia y carecen de acceso efectivo a protección o justicia.
«Haití sufre niveles alarmantes de homicidios y secuestros por parte de pandillas que controlan zonas estratégicas del país, en una situación que se ve agravada por la impunidad persistente en relación a violaciones de derechos humanos y la criminalidad, en un contexto de crisis humanitaria», indicaron desde HRW.
Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), del 1 de enero de 2021 hasta el 26 de febrero de 2022, 25.765 personas fueron expulsadas o deportadas a Haití.
Estados Unidos repatrió al 79 % de ellas (20,309 personas); mientras Bahamas, Cuba, las Islas Turcas y Caicos, México y otros países retornaron al resto.
Entre el 19 de septiembre de 2021 —cuando la OIM comenzó a recopilar información detallada— hasta el 14 de febrero de 2022, EE.UU. envió de regreso a alrededor de 2.300 niños de padres haitianos que habían nacido en el extranjero, la mayoría de ellos en Chile.
“Es inconcebible que cualquier gobierno envíe personas de vuelta a Haití considerando el deterioro de las condiciones de seguridad en el país y la consecuente agudización de los riesgos para la vida y la seguridad”, indicó César Muñoz, investigador sénior para las Américas de Human Rights Watch.
Haití está atravesando una grave situación de seguridad, en que el Gobierno ha perdido el control de zonas estratégicas que ahora están en manos de pandillas armadas.
La mayor parte de las personas retornadas por EE. UU. habían abandonado Haití hacía años, escapando de una situación económica y de seguridad que ya era difícil, y habían vivido en Chile o Brasil antes de viajar a EE.UU., aseguraron desde la ONG.