Después de varias horas en labores de registro del yate de lujo Flying Fox en el puerto de San Soucí, en la capital dominicana, ni las fuerzas militares empleadas, ni el ministerio público actuante, dijeron si encontraron algún indicio de lavado de activos o armamentos en el interior de la motonave.
Tampoco quedó claro en qué condiciones queda la motonave en el territorio nacional que fue objeto de un registro combinado de militares y fiscales dominicanos, más personal de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos (HSI).
Cuando se abordaba al personal actuante para obtener más información respecto al Flying Fox, las palabras que más relucían eran: “Eso es información confidencial” o alegaban “no tener información” sobre el tema.
Algo que llamó la atención de espectadores, curiosos y comunicadores fueron las personas que vestidas de negro llevaban en sus manos bolsas zip, escobillas y armas de fuego, con lo cual se acercaban a diferentes lugares del yate y supuestamente buscaban evidencias.
En algunos momentos se puedo divisar a lo lejos como en una canasta de material plástico se veían ropa y calzados que estaban en el interior del Flying Fox.
De forma notoria quienes se encontraban en el lugar movían objetos de lugar y en ocasiones tomaban fotos, por parte de los viajeros del yate había una persona que de forma clara fungía como el guía del grupo.
Nada para la prensa
Varios miembros de la prensa fueron agredidos de forma verbal por el personal que labora en la seguridad del puerto, ya que estos decían que los medios de comunicación “no debían estar presentes ahí”, a su vez cada vez que algún nacional o extranjero salía de la terminal marina se le prohibía hablar o responder cualquier clase de intervención con la prensa por “órdenes superiores”.
“Ustedes no les tienen que decir nada a ellos”, exclamó un miembro del personal de seguridad refiriéndose a la prensa nacional que cubría las incidencias.
Personas que abordaban el yate, para no dejarse identificar mediante fotografías, a veces portaban mascarillas o lentes oscuros para no ser vistos completamente.
A través de la verja del puerto se podía observar personal de la Armada Dominicana portando armas largas y alrededor de la lujosa adquisición.
Las autoridades dominicanas habían declarado que se realiza una investigación en la motonave sobre presunto “lavado de activos y tráfico de armas”.
Autorización judicial
“La requisa se realiza bajo la autorización 0094-Marzo-2022, dictada por la Coordinación de los Juzgados de Instrucción del Distrito Nacional, en la tarde del 31 de marzo de este 2022”, según el ministerio público.
El ministerio público informó que realizó el operativo en virtud de una cooperación jurídica formal con Estados Unidos de Norteamérica, por los acuerdos internacionales de lucha contra la criminalidad y el delito, suscritos por República Dominicana.
Estados Unidos indaga
Esta orden recoge que el Ministerio Público solicita practicar la requisa, ya que Estados Unidos tiene abierta una investigación en contra de varios objetivos dedicados al lavado de activos a escala internacional.
Por parte del gobierno estadounidense están dentro de la embarcación agentes de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos (HSI), quienes estuvieron investigando en el yate.
Muchos ciudadanos sacaban sus teléfonos celulares o cámaras y desde sus vehículos grababan o hacían preguntas a periodistas presentes.
Propietario
El buque pertenece al magnate ruso Dmitry Kamenshchik, quien en su país natal es dueño del aeropuerto Domodedovo en Moscú. Este yate es uno de los más grandes del mundo y puede recibir en sus instalaciones un total de 25 personas.
Tras largas horas de espera a las afueras del puerto todavía ningún organismo nacional o internacional ha dado explicaciones de qué encontraron en el yate y en qué condición se encuentra la embarcación en el país.
SEPA MÁS
Yate fue cateado el 25 de marzo
El pasado 25 de marzo, agentes de la oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos (HSI, por sus siglas en inglés) visitaron el yate, que está anclado en el puerto de Santo Domingo desde el 21 de ese mes.
En su visita de inspección, los agentes estadounidenses estuvieron acompañados de oficiales de diversos organismos dominicanos.
El “Flying Fox” mide 136 metros de eslora, cuenta con once cabinas, un helipuerto, una piscina de 12 metros, un spa de dos pisos y 400 metros cuadrados, un cine y un centro profesional de buceo, entre otras instalaciones.
La empresa Imperial Yachts alquila el barco por una tarifa mínima de 3,5 millones de dólares semanales, según informaciones de la página web de esta concesionaria.