Era viernes 10 de febrero, justo a las 7:58 de la noche, cuando Cecilia Canela quedó asombrada con la manifestación divina de la Virgen de Lourdes, conocida por muchos creyentes como la “patrona de los enfermos”. Su imagen, asegura la dama, apareció “clarita” en uno de sus tantos velones colocados en el espacio sagrado que construyó hace cuatro años en su hogar.
Mientras el sol se ocultaba y comenzaba una noche fría, Canela conversaba por teléfono con una de sus hijas residente en Estados Unidos. En ese momento, el tema de conversación era la salud de su yerno Edwin Aguilar, quien fue diagnosticado con un “cáncer terminal”, hasta que la devota de 55 años, cuando cambiaba como de costumbre sus orquídeas en los velones, se percató de esa “aparición celestial”.
Allí, Cecilia quedó asombrada en cuerpo y alma, mientras aún escuchaba la voz de su hija a través del teléfono.
“Fue el viernes a las 7:58 de la noche, que estoy hablando con mi hija y diciéndole, no te preocupes que Dios tiene el control de todo; y vine a mi capilla, porque este es mi remanso de paz, de mi oración y voy a cambiar las orquídeas para ponerlas en el vaso y cuando agarro el vaso, y lo veo resplandeciente, y que yo miro y yo dije ‘¡no mi Dios!’, yo no puedo creer lo que mis ojos están viendo”, narra Canela con esa emoción que aún persiste en su corazón de aquel momento que ella cataloga como “extraordinario”.
“Vuelvo y miro y le digo a mi hija, yo no puedo creer lo que mis ojos están viendo. ¡Gloria a mi Señor!, dice mi hija, ‘¿mami, qué es lo que ves?’, y yo le dije estoy viendo la Virgen. Dice mi hija, ‘déjame verla’, digo yo, mira en un vaso se formó el rostro de mi Madre Santísima confirmando esta victoria que le estoy pidiendo”, sigue contando con una pasión que logra cautivar a cualquier persona. El velón, rodeado de coloridas orquídeas y colocado en el centro de una mesa con un mantel rosado, tiene plasmado el aspecto idéntico de la virgen y, aunque han pasado cinco días de su aparición, la imagen, de tonalidad clara, aún permanece con lucidez.
Cecilia, aun sorprendida, se autocuestiona, una y otra vez: “¿quién soy yo para que me visite la madre de mi señor? ¿Quién soy yo para ver tantas cosas de las que Dios está aquí?”.
Un mensaje de paz
Al referirse a cómo han sido los primeros días del 2023, con terremotos, tragedias, asesinatos, violaciones y diversos hechos de violencia, con pérdidas de miles de vidas, Canela, quien se considera como la “hija mimada de Dios”, apunta que la razón principal se debe a la “falta de paz y de amor” entre las personas. “El amor se está perdiendo”, dice apenada por casos como la muerte de un niño a manos de un policía durante el carnaval en Santiago.