Las escuelas pueden ser los segundos hogares de los jóvenes y niños que día a día reciben las enseñanzas impartidas por los maestros, como un método para construir sus futuros, y aunque varias situaciones preocupantes ocurren en centros educativos del país, en el Liceo Profesora Celeste Aida Guzmán del Villar de Manoguayabo, los jóvenes se desarrollan en el arte, dándoles otra motivación para cada día levantarse temprano e ir en búsqueda de sus sueños.
Entre melodías de piano y el sonido de la tambora, los recreos en el liceo Aida Guzmán son diferentes a los demás, con el sonido de la canción “soy una taza”, como timbre para entrar a clases, los alumnos, además de estudiar lengua española, matemáticas o historia, practican diferentes áreas de la música y las artes.
Las aulas de este liceo cuentan con decenas de jóvenes artistas, quienes exploran su talento en sus dos modalidades que ofrece el centro educativo: académica y arte; en esta última, los estudiantes desarrollan habilidades en música y danza, arte y pintura cine y fotografía.
El liceo imparte clases desde el primero a sexto grado de secundaria y cuenta con una matrícula de 847 estudiantes, de los cuales 201 están en modalidad artístic, a la cual los alumnos pueden optar por pasar a la segunda modalidad desde cuarto hasta el último año.
Cada modalidad, tiene sus propios docentes, quienes manifestaron sentirse muy complacidos al enseñar, encaminar y luego ver y los resultados en sus estudiantes.
Emely Fernández es estudiante en el centro desde el segundo grado de secundaria, tiene 16 años, canta y toca la flauta en la modalidad de música, con evidente emoción, describió su experiencia como maravillosa.
“Yo pertenezco al área de la música y en verdad esta escuela ha desarrollado quien es Emely realmente, me han formado”, expresó la joven quien también ha participado en varias actividades dentro y fuera del centro de estudios como olimpiadas y presentaciones artísticas.
En el caso de Óscar Roa tiene 17 años, cursa el quinto año de la secundaria y quiere ser arquitecto, pero siempre le ha gustado el mundo del cine y la fotografía, por lo que en esta modalidad ha aprendido habilidades que considera les pueden servir en el futuro para el desempeño de su carrera. “En realidad mi experiencia ha sido muy buena, lo que puedo decir es que en mi área hemos hecho documentales, nos han enseñado ángulos fotográficos”, explicó Oscar.