El ex presidente Leonel Fernández ha querido desde el primer momento de la campaña acorralar al presidente Abinader sin conseguirlo hasta ahora, sin el tiempo ya, pese a su cargada agenda recorriendo el país y denunciándolo y, quizás, a la espera de qué dirán las elecciones municipales en febrero.
En lugar de ofrecer un programa al electorado que pudiera superar lo que hace actualmente el régimen de Abinader, el tres veces presidente, obsesionado con volver al poder, se ha dedicado durante lo que va de campaña en denostar todo lo que el régimen hace y aconsejar medidas ya tomadas.
La gran pregunta que se han hecho muchos electores, es qué haría el ex presidente Fernández, cuyo primer gobierno de 1986-2000, fue considerado excelente porque se ocupó de tantos programas como elevar la educación, aunque nadie lo pudo convencer de que aprobara el 4%, cosa que hizo Danilo Medina.
La corrupción, de lo cual se habla ahora en todos los mentideros y en todos los hogares, y en los informes del Departamento de Estado de los Estados Unidos, no fue tan notoria en ese período, pero sobresalió en los siguientes 2004-2012, cuando se crearon bolsones de corrupción y se enriquecieron los amigos.
No en balde, las encuestas que miden la preferencia de los electores colocan la corrupción del pasado entre los primeros lugares de sus temas y hasta salpican al régimen de Abinader. El gobierno de Leonel terminó muy mal y durante el siguiente de Medina, engordó la Marcha Verde, un foco de denuncia.
La vuelta del doctor Fernández al poder podría ser un peligro para la República Dominicana, si ocurriera, de caer una estrella, en las elecciones de mayo 2024. El retorno de la vieja guardia civil y militar todavía bajo amenaza del poder judicial, haría que las masas vuelvan a la Plaza de la Independencia.
Con la tranquilidad de que disfruta actualmente el país y el reconocimiento de las autoridades fiscalizadoras nacionales y del exterior, de que la economía va bien y con asegurado crecimiento en el 2024, un golpe de timón por las ambiciones de un político y los grupos de seguidores, haría retroceder a la RD.
El Banco Central por boca de su gobernador, Héctor Valdez Albizu, ha presentado puntualmente el manejo de la economía. Ayer se publicó que la Comisión económica para América Latina, (CEPAL), al actualizar sus proyecciones de crecimiento para la región de América Latina, dijo que la República Dominicana crecerá 3.1% y 4.1% para 2024.
El pasado martes, el ministro de Turismo, David Collado, se solazó de que “tenemos un año de historia nacional, pues en 11 meses, la República Dominicana recibió 9,105,043 vacacionistas”. Dijo que eso representa un hito en la historia del turismo dominicano. No se puede negar que con todo, la RD se ha puesto de moda en el mundo.
Si el ex presidente Fernández se hubiese dedicado a diseñar y exponer un programa de gobierno volviendo a la visión de su primer cuatrienio y privilegiando la educación, el turismo, comercio, exportaciones y todo lo que ha crecido en el régimen de Abinader, quizás habría conquistado el lugar que las encuestas no le dan.
Omar Fernández, su único hijo varón, aspirante a desbancar a la impopular senadora Faride Raful, del PRM, posiblemente le dará una mano. Con una campaña económica e ingenua, el joven político ha conquistado muchos electores hasta ser una amenaza. Vestido de pueblo, celebró esta semana el cumpleaños de Hugo, su perro.
Con sus índices económicos y en el turismo en alza o estables, la República Dominicana hace una gran diferencia con sus vecinos Cuba y Haití, pero también con otros de Centroamérica, como Guatemala que se ha visto en vértigo por la pretensión de grupos de derecha que quieren impedir el ascenso del presidente electo Bernardo Arévalo.
Encuestas no ayudan
Las encuestas no ayudan al ex presidente. Si se dijera que difieren significativamente entre ellas, se abriría alguna brecha de dudas respecto a lo que el futuro depara al tres veces presidente, pero es que la mayor parte de las que se consideran independientes o medianamente, no le dan vida.
Una de las últimas muestras, la de Greenberg-Diario Libre, cuyos resultados al parecer no gustaron tanto en el Palacio Nacional dijo que, si las elecciones fueran hoy, el presidente contaría con 49% de aprobación, y 44% de voto seguro; Leonel con 29% y Abel Martínez, del Partido de la Liberación Dominicana, PLD, con 18%.
Greenberg-Diario Libre mide en sucesivas etapas las preferencias de los electores dominicanos en las contiendas. Dice que casi dos tercios aprueba el trabajo de Abinader, en lo que coincide con la encuesta RD Elige cuyos encuestados vieron 13.4 excelente, 40% como buena y 15% regular. 12.2% y 18.8% dijeron mala o pésima.
La última encuesta de la empresa Markestrategia publicado esta semana reveló que un 57% expresa preferencia por Abinader, un 24.3% por Leonel y un 10% por Abel. Otros candidatos tienen, como Vargas Maldonado, del Partido Revolucionario Dominicano, PRD, sobre un 1%. En la generalidad de las encuestas Abinader se iría en primera vuelta.
La tenacidad del ex gobernante luce admirable aún para los que no quieren su regreso al poder, pero toman notas de las pifias. Cuando Abinader dispuso el cierre de la frontera, por atacar al gobierno, pareció que se le veía del lado haitiano. Quiso culpar al régimen de la catástrofe en San Cristóbal.
Al final, con poco que hacer por esos sucesos, quiso con una misa en sufragio de las víctimas de San Cristóbal y de las lluvias de noviembre, en la iglesia capitaleña Las Mercedes, insistir sobre la falta de previsión y las culpas del gobierno. Con el mes de diciembre ya perdido para la campaña, la cancha está en manos de su adversario.
Pese a lo mal que lo presentan las encuestas, al parecer en gran medida debido al rechazo de los electores según señalan, Fernández es todavía la tabla de salvación de muchos dominicanos, sobre todo de los que disfrutaron del poder durante sus tres gobiernos, aunque hasta en su círculo íntimo ha habido deserciones.