“Esta dificultad se suele atribuir a una falta de capacidad, o dicho más vulgarmente, a que el niño ‘es tonto’ ”, denuncia y rechaza Evelyn Shatil, doctora en modularidad cognitiva por la Universidad de Haifa (Israel) y jefa de Ciencias Cognitivas en CogniFit. Y es que, la dislexia, no está asociada al nivel de inteligencia.
Según Cognifit, la memoria trabajo, ese “qué vine yo a hacer aquí”, está muy relacionada con este trastorno. Por ello, conocer cómo funciona esta habilidad cognitiva en hábitos de la vida cotidiana nos dará una idea aproximada para detectar casos de dislexia que ni siquiera se habían llegado a sospechar.
Lenguaje y aprendizaje mermados
Antes de relacionar dislexia con memoria trabajo, es imprescindible conocer qué sucede en un cerebro que padece esta disfunción, que, al contrario de lo que mucha gente piensa, no desaparece en la edad adulta.
La dislexia es el trastorno de neurodesarrollo más común, es decir, de la alteración de alguno de los módulos del cerebro a medida que este se va desarrollando. En España afecta a más del 10% de la población.
En el caso de la dislexia, el módulo cerebral afectado es el que conforman las conexiones neuronales implicadas en el procesamiento del lenguaje, afectando al aprendizaje, dificultando la lectura, escritura y, en general, la decodificación fluida de cualquier símbolo.
“Lo preocupante de la dislexia, es que dependiendo de la gravedad del problema puede afectar no sólo a su expresión oral, sino también a su capacidad de leer y escribir. Puede acarrear serios problemas para poder aprender adecuadamente otras asignaturas”, refiere la doctora Shatil.