La designación de Luis Miguel De Camps como ministro de Educación, alimenta esperanzas de mejorías, ocurre con todos los cambios.
Aclaremos algo, el ministro De Camps no es un superhéroe; sólo, él no puede «salvar» la educación dominicana. La solución a nuestros problemas educativos comunes debe ser una respuesta colectiva.
En nuestras aulas y las evaluaciones internacionales, se evidencia el lamentable estado de nuestra educación. El pobre desempeño académico de los niños dominicanos que llegan a Nueva York refleja todas las deficiencias del sistema.
Tenemos, afortunadamente, un rayo de esperanza, el ministro de Camps se comprometió a trabajar con todos los actores para transformar la educación. Ojalá garantice estabilidad en las políticas educativas e implemente estrategias a largo plazo para alcanzar mejoras sostenibles.
Las deficiencias del sistema educativo afectan a la sociedad completa, todos tenemos hijos, sobrinos y nietos en las escuelas. El éxito escolar es el éxito de todos.
Ojalá el nuevo ministro incluya a la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), legisladores, alcaldes, asociaciones empresariales y profesionales en el esfuerzo por mejorar la educación.
Debemos envolver los padres
En Nueva York, las alianzas entre el gobierno, el sector privado, y la comunidad, mejoraron la educación. Cuando las autoridades locales y los empresarios ven a la educación como una inversión para su propio futuro, se generan cambios positivos.
La República Dominicana necesita un esfuerzo similar, sería un error dejarle la educación al Ministerio de Educación, todos debemos aportar a mejorar nuestra educación.
Trabajando dentro del sistema educativo neoyorquino, observé el impacto positivo de la participación de los padres. La administración de Michael Bloomberg creó la posición de «coordinador de padres» en cada escuela. Su trabajo es asegurar que las familias participen activamente en la educación de sus hijos. La participación de los padres aumenta el rendimiento académico de los estudiantes, mejora su conducta y muestran una actitud más positiva.
Más que asistir a reuniones escolares, los padres deben ser parte activa del proceso enseñanza-aprendizaje.
Inversión y capacitación
Las mejoras educativas requieren aumentar la inversión en educación, la capacitación docente y estrategias a largo plazo. Finlandia y Singapur, por ejemplo, tienen estupendos sistemas educativos, también comparten rigurosos y continuos sistemas de capacitación docente. Costa Rica aumenta su inversión educativa anualmente, logrando mejoras significativas.
Estos ejemplos pueden guiarnos a encontrar soluciones adaptadas a nuestra realidad, improvisando cada cuatro años llegamos donde estamos, si seguimos improvisando seguiremos estancados, está demostrado.
Como maestro, no comprendía la importancia de la formación continua, como director de escuela, lo entendí todo. Como superintendente, descubrí que es crucial, fundamental, y absolutamente necesaria.
El éxito educativo depende de la capacitación constante de docentes y líderes escolares. Los maestros neoyorquinos se actualizan y capacitan semanalmente, junto con los directores diseñan cada entrenamiento, garantizando su efectividad.
Los directores y superintendentes también reciben desarrollo profesional al menos una vez por mes.
Así actualizan metodologías, mejoran prácticas pedagógicas y se adaptan mejor a nuevas necesidades estudiantiles.
Los maestros y directores hoy enfrentan retos mayores que hace 40 o 50 años. Hoy compiten con los celulares y dispositivos electrónicos por la atención de los niños. Esos aparatos dificultan la concentración, necesaria para el aprendizaje efectivo.
Los maestros deben entender las necesidades socioemocionales de los niños y promover un ambiente seguro. En las aulas confluyen todas las disfunciones familiares del barrio; cada niño arrastra un psicodrama familiar que impacta su aprendizaje y comportamiento. Debemos entrenar a los maestros y directores para que puedan manejar estas situaciones, proporcionen apoyo emocional y propicien ambientes donde los estudiantes puedan concentrarse y desarrollarse plenamente.
La formación de docentes otorgándoles herramientas para enseñar mejor debe ser una prioridad.
El currículo, la formación de docentes, y directores deben conectarse a nuestra identidad y necesidades específicas. Empecemos con lo que somos para formar ciudadanos críticos, responsables y preparados que necesitaremos en el futuro.
En la evaluación de PISA 2022, ocupamos el puesto 77 entre 81 países. Tuvimos una leve mejora, pero seguimos en los últimos lugares. Repetir lo mismo, garantizará mantenernos en los últimos lugares.
El ministro de Camps no tiene la solución en sus manos, pero puede convocar a todos los sectores para buscar soluciones colectivas a nuestros problemas comunes. Entre todos podemos construir, paso a paso, la educación que nuestros niños merecen y el país necesita.
El autor fue director escolar y superintendente del sistema educativo neoyorquino, el más grande de la nación. Actualmente, Presidente & CEO de SELDM LLC, una firma de consultores dedicados a fortalecer el liderazgo educativo con formación estratégica para transformar y mejorar escuelas.