El Foro Ambiental de Samaná (FAS) gestiona desde hace dos años la estrategia de la provincia Samaná como destino turístico.
Antes, en 2021, iniciaron el Circuito de Turismo Sostenible Samaná, un proyecto pionero a nivel nacional que involucra a todos los sectores de la demarcación provincial.
Lissette Gil, miembro del foro, creadora y coordinadora del Circuito, asegura que, como promotor del desarrollo sostenible de Samaná, el FAS se involucra en todos los aspectos, desde lo económico a lo ambiental.
“Porque la sostenibilidad tiene cuatro patas. La sostenibilidad habla de gestión. Por eso enarbolamos una gestión sostenible que parte de una estrategia y de planes de ordenamiento del territorio. Y de una gobernanza participativa donde el sector público y el sector privado se pongan de acuerdo en una visión de largo plazo”.

El circuito cuenta actualmente con 109 empresas (micro, pequeñas, medianas y grandes) que encadenan de manera horizontal los eslabones de servicios turísticos en la provincia, desde un comedor hasta una tienda de artesanía.
A través del foro, estas empresas han sido beneficiadas con programas de formación, capacitación, sensibilización e incluso fondos semilla, explica Gil, especialista en turismo sostenible.
Para ser miembro del circuito, las empresas (no importa el tamaño) tienen que comprometerse a unos lineamientos de sostenibilidad en sus operaciones, comenta Noemí Araújo, presidenta del FAS.
MÁS QUE TURISMO
El circuito no es una propuesta turística, dice Lissette, “es una excusa para articular la cadena de valor para el cumplimiento de criterios de sostenibilidad y para tener una representatividad en la gobernanza provincial; porque no es lo mismo que vaya un empresario a tocarle la puerta a un ministro que 109 empresas le toquen la puerta a la gobernadora”.

Por eso, expresa Gil, la entidad hace un llamado para que las instituciones del Estado trabajen de forma coordinada en un plan común donde participen la sociedad y el sector privado de Samaná.
“El foro viene trabajando en un proceso de gobernanza participativa con presencia del Ministerio de Turismo, de la Gobernación y de algunos ayuntamientos. Estamos a la orden para colaborar y que veamos que es posible un cambio de paradigma en el desarrollo que tradicionalmente se ha hecho. Y que lo hagamos con coordinación, con coherencia. Que lo que hablemos no sean solamente palabras, sino que se vea en hechos. Porque la sostenibilidad tiene que ir mucho más allá de un enunciado”.
AMBIENTE, ECONOMÍA Y CULTURA
En el área ambiental, el FAS trabaja en biodiversidad, turismo regenerativo y conservación de biodiversidad con proyectos como siembra de mangles, rescate de zonas costeras y programas de educación ambiental.

Uno de sus programas es un proyecto de género junto a la red de mujeres empresarias de Samaná.
En el aspecto cultural, han venido trabajando en el rescate de la propuesta gastronómica de Samaná.
“Tenemos un concurso anual que se llama Plato de Verano donde promovemos la gastronomía sostenible a partir del uso de productos locales que integren la cadena de valor a los productores agrícolas locales y a los pescadores”, sigue Gil.
El Plato de Verano incluye también como criterio la utilización de productos de estación, el respeto a las vedas y el rescate de las tradiciones culinarias con origen samanense.
Noemí Araújo, Lissette Gil y Giordano Peña, miembros del FAS, participaron en el Encuentro Verde de Listín Diario.
TURISMO DE CRUCEROS Y OBSERVACIÓN DE BALLENAS
El Foro Ambiental de Samaná (FAS), sostiene Noemí Araújo, no está en contra del desarrollo del turismo de cruceros, pero en el caso de la bahía de Samaná “tienen que hacerse las evaluaciones y los estudios de lugar para saber si es o no pertinente”.

Al Banco de La Plata y de La Navidad llegan cada año las ballenas jorobadas para aparearse y reproducirse, dando lugar al mayor circuito turístico de observación de ballenas del Atlántico Norte. Unos 35 mil visitantes (locales y extranjeros) se acercan cada año a observarlas.
¿Por qué vienen tantas ballenas a un lugar tan pequeño en comparación con otros espacios más grandes? Araújo hace referencia a estudios que demuestran que en la bahía de Samaná se forma una especie de anfiteatro que aumenta los decibeles de los sonidos que permiten, a su vez, la comunicación entre las ballenas.
“Los motores de los cruceros pueden afectar ese equilibrio y esa comunicación entre las ballenas en el momento de aparearse. Las madres, para guiar a sus crías, se comunican”.
El foro propone que se hagan los estudios de lugar y que lo ideal, por el momento, es que no se permita la llegada de cruceros en los meses de observación de ballenas.
Las Megaptera novaeangliae llegan a finales de diciembre y permanecen hasta mediados de abril.