Epícteto, uno de los grandes nombres de la filosofía estoica, decía que: <>. Las aclaraciones hechas por el presidente de la Cámara de Diputados a doña Raquel Arbaje y sus hijas, en las que éste, en tono increpante,
deploró la forma en que aquellas manifestaron su opinión acerca del tema <> del Proyecto de Código Penal, puso al país a pensar en qué resultó menos decoroso, si el contenido de la carta de las mil firmas o el reproche público a las damas en cuestión. Para mí, lo primero.
Siento un gran respeto por Alfredo Pacheco. Es un hombre hecho en circunstancias adversas de múltiples etiologías. Ha debido ganarse el espacio que tiene templando su carácter como el acero, exponiéndose a las más altas temperaturas de la fragua política. Nunca he visto en él una actitud que evidencie falta de nobleza o tacto político. Pero, <de sabios>>. Por eso aspiro a que, ese caballero que percibo en él, tenga la oportunidad de rectificar y lo haga, consciente de que todo hombre público debe conocer las cosas que lo elevan y las que lo reducen, y rectificar lo elevará.
La hipersensibilidad política no es precisamente uno de los defectos de Alfredo Pacheco. No ha sido nunca un hombre decididamente emocional. No en vano ha alcanzado la cima de la función pública. Lo conozco desde el año dos mil, y siempre he visto en él una actitud caballerosa y conciliadora. Descarto que lo ocurrido se deba al comienzo de un sigiloso descenso del barco presidencial como consecuencia de una falsa apreciación del horizonte político del presidente, cuestión deducida de su imposibilidad de éste de continuar dirigiendo el país, como he oído especular en los corrillos políticos.
Me inclino a creer que, siendo la Cámara -y más particularmente la bancada del PRM- un cuerpo político, sus acciones estuvieron activadas a partir de un celo excesivo del mantenimiento de la unidad de este cuerpo, lo que se hizo manifiesto en una incorrecta expresión de solidaridad con el mismo. Los abogados llamamos a la intención el elemento moral de la
incriminación, sin cuya verificación no hay tipo. Descartó la intención de Pacheco de zaherir a doña Raquel y sus hijas. Como resultado, creo que Pacheco hizo una aclaración innecesaria, con una pobre justificación: el derecho deducido de su aporte al triunfo de Abinader. Me parece que rectificar le hará bien.