El gobierno gasta cerca de RD$3,000 millones anualmente para fabricar uno de los peores bachilleres del mundo. Y desperdicia valiosos recursos humanos que podrían transformar la educación dominicana, en favor de nuestros estudiantes para que puedan aprovechar mejor las oportunidades que la vida ofrece.
El sistema de educación pública neoyorquino, el más grande y complejo de los Estados Unidos, tiene cientos de maestros, directores escolares, superintendentes y otros administradores educativos dominicanos.
Si buscamos el desarrollo económico, al estilo estadounidense, estos educadores dominicanos son exactamente lo que necesitamos. Están disponibles, pero no aprovechamos esos recursos humanos calificados, en los que no invertimos nada, el Ministerio de Educación los ignora, mientras nuestros estudiantes los necesitan.
Con los conocimientos y la experiencia de estos educadores, podríamos poner nuestro sistema educativo al nivel del neoyorquino en relativamente poco tiempo. Los educadores con experiencia neoyorquina son altamente valorados en los Estados Unidos. El sector privado de la educación dominicana los aprovecha.
El St. Joseph School, de la capital, tiene varios años que contrató educadoras dominicanos de Nueva York.
Primero llegó Heidi Peguero, después la exsuperintendente Martha Madera, le siguió la también exsuperintendente Francesca Peña. Y Rafaela Landín, quien fuera vice superintendente, bajo Manuel (Manny) Ramírez, Ellas empezaron capacitando sus maestros, luego transformaron positivamente todo el plantel.
El año pasado el St. Joseph School ganó una competencia de estudiantes secundarios a nivel mundial en Londres; increíblemente, los dominicanos superaron a los estudiantes europeos y estadounidenses. Los estudiantes de ciertos colegios privados dominicanos superan a los de la educación pública. Entre los colegios de alta gama y el St. Joseph School, la única diferencia son las educadoras dominicanas con experiencias neoyorquinas.
Costa Rica, Chile, Colombia, Uruguay, Ruanda y otros países aprovechan sus recursos humanos entrenados en el extranjero. El Gobierno Dominicano no hace eso, quizá de manera deliberada decidieron sabotear la educación. “Para mantener al pueblo en la mas crasa ignorancia, y así manipularlo mejor”, como denunció Francisco Moscoso Puello en sus “Cartas a Evelina” a principios del siglo pasado.