Dajabón, RD
A pesar de los constantes operativos de la Dirección General de Migración, con el respaldo de cuerpos militares, residentes del municipio cabecera de Dajabón continúan denunciando una ola de enfrentamientos violentos protagonizados por ciudadanos haitianos, en su mayoría en condición migratoria irregular.
Los incidentes, cada vez más frecuentes, se desarrollan en distintos sectores del municipio, generando temor e indignación entre los habitantes locales. Según testimonios, los enfrentamientos ocurren con el uso de palos, piedras, botellas y armas blancas, y han sido captados en video por transeúntes, como ocurrió recientemente en el barrio El Abanico.
En uno de estos enfrentamientos, varias mujeres haitianas se agredieron mutuamente con golpes, mordidas y objetos contundentes frente a una pensión de un hombre identificado como Pablo. Esta pensión, ubicada en la zona sur del municipio, se ha convertido en uno de los puntos críticos de conflicto, según denunciaron los vecinos.
Los ciudadanos también han manifestado su preocupación por el uso de pensiones y viviendas alquiladas como refugios para indocumentados durante los operativos migratorios. Alegan que estas propiedades sirven como escondite, lo que entorpece el trabajo de las autoridades debido a las restricciones legales que impiden el ingreso a inmuebles privados sin una orden judicial.
“La mayoría de los conflictos son causados por grupos de haitianos que conviven en estos lugares sin ningún tipo de control. Ya no se puede vivir en paz”, expresó un residente del barrio El Abanico, quien pidió mantenerse en el anonimato por razones de seguridad.
Ante la situación, los comunitarios han exigido a las autoridades dominicanas aplicar sanciones ejemplares a los propietarios de viviendas y pensiones que alquilan a extranjeros sin documentación legal.
Los residentes consideran que estos alquileres irregulares no solo promueven la ilegalidad, sino que también contribuyen a la inseguridad y al deterioro del tejido social en los barrios afectados.
Organizaciones comunitarias y líderes locales han pedido una mayor coordinación entre Migración, la Policía Nacional, el Ministerio Público y las juntas de vecinos para enfrentar este fenómeno de manera efectiva, respetando los derechos humanos, pero también preservando el orden y la seguridad ciudadana.
La situación en Dajabón evidencia una crisis multifacética que va más allá del control migratorio. Se trata de un desafío que requiere respuestas integrales desde el Estado, incluyendo la regulación del mercado informal de alquileres, la aplicación de la ley migratoria y el fortalecimiento de la seguridad barrial.
Mientras tanto, los residentes continúan viviendo bajo la sombra del temor, esperando que las autoridades actúen con firmeza y responsabilidad.