En “The Girlfriend” («La novia»), la reciente serie de Prime Video basada en la novela de Michelle Frances, en el que el conflicto central se centra en dos mujeres: Laura, la madre posesiva, y Cherry, la novia del hijo de Laura.
A primera vista, podría parecer la clásica historia de antagonismo entre suegra y nuera, pero la fuerza de esta adaptación radica en permitir que ambas cuenten su versión, dejando al espectador la tarea de discernir cuál se acerca más a la verdad.
Desde el inicio, la serie alterna los puntos de vista de Laura y Cherry, presentando escenas casi idénticas pero cargadas de matices distintos según quién las narre.
En la mirada de Laura, Cherry es manipuladora y mentirosa, alguien que intenta desestabilizar el vínculo materno.
En la de Cherry, Laura es controladora, cruel y prejuiciosa. Este recurso da al relato un aire de incertidumbre constante: nada es absoluto, todo depende del ángulo desde el que se observe.
La propuesta recuerda inevitablemente a “You”, aunque con un giro interesante. Aquí no se trata de un hombre acechando a una mujer, sino de dos mujeres que luchan por imponer sus versiones, en una dinámica que mezcla el poder, la desconfianza y la necesidad de control.
No es tanto una historia de obsesión romántica como de manipulación emocional y batallas simbólicas dentro de un entorno familiar.
Ese cambio de perspectiva le da a la serie un aire diferente, incluso feminista, al poner el conflicto en manos de personajes femeninos complejos y contradictorios.
En el trasfondo también juega un papel importante la diferencia de clase social. Laura proviene de un entorno acomodado, mientras Cherry pertenece a un origen más modesto.
Esa brecha se convierte en combustible para la desconfianza mutua: lo que comienza como choques sutiles se convierte en acusaciones, sospechas y episodios de violencia verbal y física, hasta llegar a un punto de no retorno.

El gran mérito de “The Girlfriend” es no imponer una sola verdad. El espectador nunca recibe una versión oficial, sino dos perspectivas incompletas, llenas de dudas y posibles engaños. Esa estructura subraya que, en los conflictos humanos, la verdad suele estar en el espacio entre versiones enfrentadas.
Dar voz a la madre y a la nuera no es solo un recurso narrativo: es una manera de desafiar la autoridad moral con la que habitualmente se cuentan historias de este tipo.
Con un ritmo ágil, actuaciones destacadas de Robin Wright y Olivia Cooke, y una puesta visual sofisticada, “The Girlfriend”convierte lo doméstico en un terreno de guerra emocional. Una serie inquietante, con ecos de “You”, pero donde las protagonistas femeninas son las que deciden qué versión merece ser contada.