Que viajar en barcos de vela, toma su tiempo, es algo que ya se sabe, es por eso que poner a navegar los barcos que darán vida a la estrella de nuestras esperanzas, en Punta Bergantín, ha tomado tiempo, a contar, algo más de 4 años.
La pasada semana se ha dado el primer palazo, antes eran picazos, y ambos instrumentos se usan en las obras, pero esa es una distracción, del hotel Meliá Bergantín Beach Puerto Plata, el primero de los hoteles a construirse en el ambicioso proyecto.
Ya antes, habíamos tenido el palazo del hotel Hyatt, que sigue estando en la carpeta de inversiones, pero que, al parecer, no será el primero en concluir.
Punta Bergantín, es la principal apuesta del gobierno del presidente Luis Abinader para Puerto Plata en materia de desarrollo turístico, una gran iniciativa de múltiples facetas y no pocas complejidades, pero que con este primer hotel comienza a levantar velas para su viaje.
El que se haya conseguido una alianza de grupos hoteleros de tanto arraigo, como Meliá y el Grupo Punta Cana, las familias Escarrer y Rainieri, junto a la familia Brugal, emblemática de Puerto Plata, es un importante indicador de que el arranque va, por todo lo alto.
Durante el acto, efectuado en el terreno, fue unánime el reconocimiento de las siete u ocho personas que hablaron junto a él, a la labor de Andrés Marranzini en los avances del proyecto, más que merecido, porque el trabajo de poner en marcha un mega desarrollo como este, no ha sido fácil, pero ya muestra logros importantes.
El componente inmobiliario marcha a un magnífico ritmo, con 89 fundadores, que ya han adquirido terrenos para residencias en el lugar.
Los más de 4 mil millones de pesos que el proyecto ha captado de inversionistas, base fundamental para la infraestructura del mismo, son un reflejo de la confianza que va generando, Punta Bergantín.
Y aquí volvemos al principio, el presidente Abinader destacaba en su discurso, que el desarrollo turístico inicial de Puerto Plata, se dio de la mano de una iniciativa estatal a través del Banco Central, con el proyecto Playa Dorada, lo que sirvió de inspiración para orquestar el fideicomiso que encabeza Banreservas para el desarrollo del proyecto.
Para mí, un recordatorio de que, con normas claras, el Estado sigue teniendo un rol de primer orden, en la promoción del desarrollo que integra la participación del capital privado.
El jefe del Estado, volvió allí a anunciar la construcción de la carretera del Ámbar, la versión de su Gobierno, de lo que el anterior había denominado Autovía del Atlántico, que a su vez venía del viejo planteamiento de Pedro Delgado Malagón a mediados de los 90, que se proponía como alternativa al aeropuerto del Cibao.
Por lo visto el Gobierno está dispuesto a hacer lo que viene planteando Andy Dauajre, poner dinero público, en una inversión de capital de alto beneficio para la región y para el país. Enhorabuena.
Quizás es una necedad de mi parte seguir pidiendo que mientras llega este primer Bergantín, se sigan haciendo esfuerzos por mejorar las llegadas aéreas, la ocupación promedio de la zona indica que tenemos espacio para crecer todavía, habitaciones por llenar, de las que ya existen.
En fin, que para este Meliá Bergantín Beach, que abre velas, hay que pedir que buen viento lo traiga, la expresión es que lo lleve, pero como nosotros estamos aquí, en el puerto de llegada, se vale la licencia.