“Llegaron llenos…”, pero no de patriotismo ni “enamorados de un puro ideal” como los mártires del 14 de junio, sino de odio, vestidos de un color negro-fascista como las hordas negras de Mussolini o las camisas pardas de Hitler.
Ante tanta incitación a la violencia y tanto racismo disimulado con la justificación de una -supuesta- defensa de la Patria, a continuación les presento un decálogo de sugerencias para salvarla… La Patria.
1. Pague sus impuestos. No se quede con el ITBIS retenido a los consumidores, ni coloque su villa playera a nombre de una empresa dormida en algún paraíso fiscal.
2. Asuma sus responsabilidades de padre en dinero y tiempo, cumpla con la familia y no engañe a los socios ni a los vecinos.
3. Como un Napoleón caribeño, mida a los hombres de la cabeza hacia arriba, mídalos por sus hechos y su comportamiento; construir con sus manos un país, por ejemplo.
4. Indígnese patrióticamente en calles, iglesias, bares y puticlubs, cada vez que cualquier agencia del gobierno de Estados Unidos nos haga una de las suyas, irrespetando leyes, territorio, soberanía.
5. Respete el bendito derecho a olvidar de las mujeres de la patria, (El único rencor posible contra ellas es un bolero).
6. Maneje correctamente, con decencia y paciencia, respetando las señales de tránsito sin aparcar en doble fila ni detenerse en las intersecciones.
7. Antes de pretender ser (por lo menos de poses y malas palabras) un señor don héroe de la patria, (un Manolo sin Manaclas, un Caamaño sin puente Duarte), concéntrese en ser socialmente útil… y poco más que es casi todo.
8. No discrimine a nadie por su color, raza o religión. “Lo mejor de nosotros son los otros”, negritos bullangueros, rubitos educados, mulatos descafeinados o rubias de armas tomar ¡y tan amadas! Respete a cada ciudadano por el simple hecho de serlo.
9. Acepte sin complejos la fortuna haber nacido en un país de mulatos, mezcla feliz y bullanguera de Lemba, Mencía (la de Enriquillo) y Bartolomé el de las Casas. Las fusiones y el mestizaje han sido el motor del avance del homo sapiens.
10. Finalmente y como la patria es primero, en la finca, en la construcción, el taller o el cementerio, dé prioridad (prioritaria y primera) a la mano de obra dominicana y esté dispuesto -como patriota- a pagar el precio.