Docenas de manifestantes perdieron la vida en ataques a edificios gubernamentales durante protestas en Kazajistán y al menos una docena de policías fallecieron, incluyendo uno que fue encontrado decapitado, dijeron las autoridades el jueves.
Durante la noche se produjeron intentos de asalto a edificios oficiales en Almaty, la ciudad más grande del país, y “docenas de atacantes fueron liquidados”, dijo la vocera policial, Saltanat Azirbek, en declaraciones a la televisora estatal Khabar-24. Los supuestos incidentes se produjeron luego de los disturbios generalizados registrados en la ciudad el miércoles, incluyendo la toma de la alcaldía, que fue incendiada.
Otros 353 agentes resultaron heridos, agregó el canal noticioso estatal Khabar-24.
Kazajistán vive las peores protestas callejeras de su historia desde su independencia hace tres décadas.
Una alianza militar encabezada por Rusia, Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva, anunció antes el jueves que enviará fuerzas de paz a la nación centroasiática a petición de su presidente, Kassym-Jomart Tokayev. Kazajistán se ha visto sacudida por protestas cada vez más intensas que comenzaron el domingo por la fuerte subida del precio del gas licuado de petróleo. Las protestas comenzaron en el oeste, pero se extendieron a Almaty y a la capital, Nur-Sultán.
Tokayev prometió el miércoles que tomará medidas firmes para sofocar los disturbios y declaró el estado de emergencia en todo el país durante dos semanas, ampliando el anunciado tanto para la capital como para Almaty que incluyó un toque de queda y restringió el movimiento en las zonas urbanas y sus alrededores. El gobierno renunció en respuesta a las movilizaciones.
Aunque las protestas comenzaron cuando el precio de un tipo de gas licuado de petróleo — muy utilizado como combustible para vehículos — se duplicó, su tamaño y rápida propagación sugieren que reflejan un descontento más amplio en un país gobernado por el mismo partido desde que se independizó de la extinta Unión Soviética en 1991.
Tokayev aseguró que los disturbios estaban encabezados por “bandas terroristas” que habían recibido ayuda de otros países, pero no ofreció más detalles.
Kazajistán, el noveno país más grande del mundo, tiene frontera con Rusia al norte y China al este, y cuenta con importantes reservas de petróleo que le brindan importancia estratégica y comercial. A pesar de esas reservas y de su riqueza mineral, en algunas partes del país hay un fuerte descontento por las malas condiciones de vida. Muchos kazajos están molestos también por el dominio del partido gobernante, que ocupa más del 80% de los escaños del parlamento.
Después de que las manifestaciones se extendieron a Nur-Sultán y Almaty, el gobierno anunció su renuncia, pero Tokayev dijo que los ministros continuarán en sus puestos hasta que se forme un nuevo Gabinete, lo que genera incertidumbre de que las renuncias tengan un impacto significativo.