Cada institución del Estado debe tener como fin, en su quehacer institucional, la búsqueda de la excelencia, la calidad y la satisfacción ciudadana para el logro de los objetivos del Gobierno. Esto no sería posible si no existieran mecanismos que permitan medir, mejorar y visibilizar el desempeño, tanto a nivel individual como institucional, siempre bajo la sombrilla de las metas priorizadas y de los objetivos que corresponda lograr a cada una de las instituciones.
Bajo esta premisa, y en la búsqueda de oportunidades para dar seguimiento al desempeño de las instituciones públicas, nace la Evaluación del Desempeño Institucional (EDI) bajo la rectoría del Ministerio de Administración Pública (MAP) y amparado en la Ley No. 41-08, que regula los subsistemas de recursos humanos; la Ley orgánica de Administración Pública (Ley No. 247-12) y el Decreto 273-13, que establece el reglamento para regular el Sistema de Evaluación del Desempeño, la medición de resultados y la mejora continua.
A pesar de la promulgación del Decreto No. 273-13 que sentaban las bases para su aplicación en los órganos y entes del Estado, no fue hasta este segundo mandato del presidente Luis Abinader cuando se inició la transformación del esquema para una evaluación de desempeño ajustada a la necesidad de transformación de la administración pública, lo que sin lugar a duda, representa un cambio en cultura del nivel de compromiso del servidor público en función de las metas institucionales y de las acciones priorizadas del Gobierno, y bajo la premisa de propiciar un Estado moderno, ágil y eficiente que trabaje al servicio de las necesidades de la población.
Conscientes de su importancia y aplicación en todo el tren gubernamental y alineados con la visión de eficiencia del Gobierno, desde nuestra llegada al MAP, hemos puesto nuestra mirada en hacer de la EDI un sistema robusto, vinculado al logro de resultados concretos de las instituciones y quienes las componen, evaluando rigurosamente el impacto de estos en el cumplimiento de los objetivos de la administración pública.
Desde entonces, hemos llevado a cabo un proceso de articulación con diferentes instituciones del Estado para impulsar una nueva metodología de evaluación del desempeño, capaz de mejorar la toma de decisiones en la implementación de políticas públicas, el seguimiento de la calidad en los servicios públicos, aumentar la transparencia, la eficientización del gasto y la rendición de cuentas de los empleados del Estado, piezas claves para alcanzar las aspiraciones institucionales.
Para hacer esto posible, hemos dejado atrás la manera tradicional de medir el desempeño de cada institución, la cual se realizaba mediante el Sistema de Monitoreo de la Administración Pública (Sismap Gestión Pública), migrando a esta nueva metodología, la cual mide elementos como la calidad de la gestión, de acuerdo a la satisfacción y el impacto directo en las y los ciudadanos.
Esta decisión establece un precedente sin comparación en la gestión pública, ya que, por primera vez, la Evaluación del Desempeño Institucional (EDI) será objeto de un riguroso seguimiento trimestral, monitoreado por el presidente en el Consejo de Ministros, donde se analizarán los avances, se exigirán correctivos cuando sean necesarios y se impulsarán acciones concretas para maximizar la eficiencia del Estado.
El compromiso es impulsar una gestión pública en la que el desempeño de cada institución se mida en función del valor que aporta a la sociedad, y no simplemente por el cumplimiento de normas y procesos internos. Esta es la esencia de la Evaluación del Desempeño Institucional.
Creo firmemente que para fortalecer el proceso de modernización del Estado resulta cada vez más necesario impulsar esta nueva cultura de desempeño por resultados y que sea replicada en cada uno de los órganos de la administración pública, lo que seguro nos permitirá sobrepasar los nuevos desafíos institucionales y elevar los estándares de calidad de cara al futuro, generando resultados tangibles que consoliden la confianza de la ciudadanía en la administración pública.
Si queremos que la administración pública esté a la altura de las expectativas ciudadanas, debemos elevar nuestros propios estándares. Las instituciones ya no serán evaluadas sólo por su capacidad de ejecutar presupuestos y operaciones administrativas, sino por la efectividad con la que transforman la realidad del país.
En función de eso nos hemos enfocado en empoderar a todas las organizaciones del Estado, impartiendo capacitaciones dirigidas especialmente a los comités técnicos de evaluación y las áreas misionales, para garantizar el correcto uso de las metodologías y criterios de la EDI, promoviendo así en cada oficina del Gobierno una cultura de excelencia, apegada a resultados y logros.
El MAP, en su rol de órgano rector de la Evaluación del Desempeño Institucional, enfocará sus esfuerzos en instruir a cada institución gubernamental a lograr el 100% de los objetivos plasmados en la Evaluación del Desempeño, así como brindar todas las herramientas necesarias para que puedan mejorar sus procesos de cara a ofrecer un servicio más conteste con la demanda de la ciudadanía.
Lograr un servidor público comprometido con la atención adecuada y eficiente a las necesidades públicas y encaminarnos hacia esta meta priorizada, solo será posible impulsando un cambio en el seguimiento y evaluación de los indicadores de desempeño, y con esto, se replantea el otorgamiento de los incentivos, los cuales estarán atados al cumplimiento de las metas y al grado de satisfacción de la población con los servicios.
De ahí que resulta justo y equitativo que se retribuya al servidor público en función del logro de los resultados, y que el incentivo realmente impulse la búsqueda de la excelencia en su labor.
Con esta finalidad es que hemos firmado la Resolución No. 008-2025 en la que establecemos los tipos y modalidades de incentivos a ser otorgados a los funcionarios públicos, en virtud de las disposiciones de la Ley No. 41-08 de Función Pública; la Ley No. 105-13 de Regulación Salarial del Sector Público y los reglamentos Números 523-09 de Relaciones Laborales; 525-09 de Evaluación del Desempeño y Promoción y 527-09 de Estructura Organizativa, Cargos y Política Salarial.
La implementación de esta nueva metodología de Evaluación del Desempeño Institucional se realizará bajo un programa de acompañamiento y seguimiento desde el MAP a cada una de las instituciones públicas para mejorar su planificación y con esta la construcción de las metas institucionales y los acuerdos de desempeño.
En este proceso de cambio de metodología de evaluación del desempeño y para el MAP autorizar la entrega de los incentivos, se prevé un aumento escalonado, progresivo y gradual de la puntuación requerida para el logro de la EDI a final de cada año.
Estas transformaciones no son un ejercicio de corto plazo, sino un compromiso estructural que cambiará la manera en que las instituciones funcionarán en los próximos años.
Nuestra visión es clara, no se trata solo de mejorar la administración pública, sino de transformarla por completo. Nos hemos propuesto consolidar un Estado más moderno, ágil y eficiente, donde cada institución esté alineada con los principios de transparencia, innovación y enfoque en resultados. Este gobierno ha decidido transformarse a sí mismo, someterse a una evaluación rigurosa y demostrar con hechos que cada acción debe generar valor público.
No basta con iniciar el proceso, nos aseguraremos de que cada avance sea sostenible y genere un cambio profundo en la forma en que el Estado responde a la ciudadanía, reafirmando el liderazgo del MAP en este proceso y nuestro compromiso con la modernización y eficiencia de la administración pública.