Mientras nuestros empresarios están en medio de un juego, donde pueden perder todo lo ganado de buena fe, poniendo en riesgos sus capitales, los bienes producidos por el país para fortalecer sus exportaciones, y el peso dominicano.
Mientras están mirando como la guinea tuerta, con un ojo abierto y otro cerrado, hacia aquel país donde se depositaron las garantías con letras firmadas, pensando en el cumplimiento de las mismas, y de que teníamos el futuro asegurado para fortalecer y hacer crecer nuestros esfuerzos, y que no nos dieran un palo acechao, como se lo están dando a los vecinos.
Aquí, legisladores y políticos, incapaces de ver lo que está sucediendo más allá de sus propias narices, que se supone son garantes del bienestar de la nación, someten de nuevo al Congreso, un proyecto de ley, que al igual que el rechazado recientemente dentro de la fallida reforma fiscal, elimina con un palo acechado, los incentivos que hacen viables a aquellos sectores de los que nos jactamos de alabar, de ser los impulsores de un crecimiento sostenido de la economía, y de las elevadas inversiones extranjeras que atraemos.
O sea que en este país, hasta al ampaya lo tenemos en contra, cuando aquel país, se prepara a destruir todo lo que hemos construido con esfuerzo durante los últimos 34 años, porque confiamos en el, en sus políticas capitalistas de mercado libre.
Porque además de los subsidios agrícolas otorgados a sus productores agrícolas, que tantos nos afectan, esta ahora de nuevo, otorgando subsidios a sus sectores industriales, prohibidos estos por acuerdos multilaterales por ellos también firmados.
Pero lo más bello de este espejo de contrastes imbecilizados, es que aquí, a lo inverso, nuestros brillantes legisladores, se prestan a eliminar los incentivos otorgados a los dinámicos sectores económicos, como buenos conocedores que son de las leyes del infierno, porque parece que las practican a diario.
Además la nación de Washington y Lincoln, le está agregando nuevos costos en aranceles, a los bienes producidos bajo acuerdos aprobados por esta con sus países vecinos, y adicionalmente declara que va a imponer aranceles a las medicinas y bienes agrícolas producidos en el mundo. O sea que, en el horno nuestros empresarios son ya presas de un asado combinado, prendido con fuego por debajo, y fuego por encima, y en vez de un gobierno previsorio, estar en este momento llamando a reuniones de emergencias a los líderes empresariales agropecuarios e industriales, para desarrollar programas conjuntos de contingencias, que reduzcan el daño de cualquier medida aplicada por aquel país del norte, aquí estamos echándole ahora más candelita al horno. Ay Señor Jesús ! y yo que creía que solo teníamos en contra por el desorden arbitrario que arman a los policías de tránsito! Pero hasta el infierno legislativo lo tenemos, ahora provocado para que no le quiten sus exoneraciones de Ferraris. Echos shi shaben, ya aprendieron a hacer uso del chantaje como el del padrino aquel. ¡Pobre país!