Juan Miguel, Amaury y Amín Pérez (Hijos de Bacho)
El neoliberalismo ha ido introduciendo en el país su modelo de sociedad “sálvese quien pueda”, donde la gente es más cliente que ciudadana, y donde los derechos se convierten en privilegios para quien los pueda pagar.
La tragedia de Jet Set nos hizo ver la importancia de un Estado que garantice el bienestar de la gente, sin importar estatus económico o si poseen seguro o no. Las instituciones públicas fallaron en regular los espacios como esa discoteca, responsable primera de lo ocurrido. En cuanto a las labores de rescate, la fuerza de la tragedia impuso un servicio público universal: los hospitales públicos hicieron su mejor trabajo dentro de sus precariedades, y el COE y el 911 no exigían a ninguna víctima el depósito que suelen exigir clínicas privadas para ofrecer un servicio de emergencia.
Imposible imaginarnos ante tales eventos, una lógica de mercado estilo ARS, que divida a los afectados entre aquellos rescatables y no rescatables según afiliación a un seguro de salud. Se necesita un Estado social que ponga la condición humana universal como prioridad permanente de todas sus políticas.